En este capítulo lleno de tensiones, las relaciones familiares llegan a un punto de quiebre. Ferit y Seyran, tras un incidente con Alice Coran que culmina en una bofetada a Ferit, se ven obligados a tomar decisiones drásticas. Ferit, agotado por los conflictos familiares, decide abandonar la mansión, llevándose consigo a Seyran. A pesar de la oposición de Seyran, que se siente atrapada entre su lealtad hacia él y la presión de la familia, ambos dejan atrás la casa familiar.
Mientras tanto, Alice, furiosa por la actitud desafiante de Ferit, desata su ira con palabras hirientes hacia los demás miembros de la familia, mientras Oran finalmente se enfrenta a su padre, Alice Coran, dejándole claro que ya no está dispuesto a someterse a su autoridad. Esta confrontación desencadena una serie de choques dentro de la familia, lo que lleva a Oran a decidir abandonar la mansión, buscando encontrar un respiro lejos de los conflictos.
En casa de Kazm, la tensión persiste, especialmente entre Ferit y Seyran. La incomodidad de Seyran, atrapada entre las demandas de su padre y la actitud de Ferit, alcanza su punto máximo, mientras Kazm intenta mediar en la situación con buenos gestos hacia Ferit. Sin embargo, la creciente presión sobre Seyran la pone en una posición difícil, atrapada entre los deseos de su esposo y las expectativas de su padre.
En medio de las tensiones, Nuket, decidida a restaurar la paz familiar, implementa cambios drásticos en la mansión, comenzando por reducir los límites de las tarjetas de crédito y eliminando los lujos innecesarios. Estas medidas causan un gran malestar, especialmente en Ferit, quien las ve como una amenaza a su libertad. A medida que los conflictos aumentan, la familia parece estar al borde de un colapso, con Ferit decidiendo finalmente enfrentarse a su padre por el control de su futuro. Pero, con los ánimos caldeados y las relaciones deterioradas, ¿serán capaces de encontrar un camino hacia la reconciliación?