Mientras Pelin y su bebé son trasladados de urgencia al hospital, la tensión se apodera de toda la familia. Los pasillos están llenos de ansiedad y miedo, todos a la espera de noticias sobre su estado. Ferit, sumido en la desesperación, culpa a Serter por la situación, convencido de que su presión y acusaciones fueron el detonante del parto prematuro. Sin embargo, Serter niega cualquier responsabilidad y sigue aferrado a la posibilidad de que el bebé sea suyo. La discusión entre ellos se intensifica, mientras Gülgün y Pırıl intentan calmar la situación.
Los médicos llegan con noticias devastadoras: la salud de Pelin y del bebé es crítica. El niño, nacido antes de tiempo, lucha por su vida, y Pelin es llevada a cuidados intensivos. La noticia golpea con fuerza a todos, especialmente a Ferit, quien se sume en un dolor profundo e insondable. Incapaz de procesar lo ocurrido, se aísla, mientras Halis Korhan toma una decisión tajante: es hora de despejar todas las dudas con una prueba de ADN.
Al enterarse de la hospitalización de Pelin, Kazım, a pesar de su resentimiento, envía a Esme y Hattuç para apoyar a Zerrin. Seyran también acude para estar junto a Ferit, pero su presencia es juzgada y criticada por la familia Korhan. Halis, con su autoridad implacable, la rechaza con frialdad, pero Seyran, firme en su decisión, se mantiene al lado de Ferit. Ante el caos, Halis ordena silencio absoluto hasta que la verdad se aclare.
Serter accede a la prueba de ADN con la esperanza de que el bebé sea suyo, mientras Ferit, desgarrado por la incertidumbre, negocia con Halis para liberar a Orhan a cambio de realizarse el test. Mientras tanto, en la cárcel, Orhan enfrenta un infierno constante, siendo víctima de ataques y amenazas. Cada día es una lucha por sobrevivir.
El tiempo en el hospital parece detenido. Ferit y Seyran esperan angustiados hasta que el equipo médico aparece con la noticia más dolorosa de todas: el bebé no sobrevivió. Un silencio sepulcral llena los pasillos, mientras Ferit, con el corazón destrozado, baja la cabeza sin poder contener las lágrimas. Seyran le sostiene las manos temblorosas, pero ni siquiera el consuelo es suficiente ante la magnitud de la pérdida.
La tragedia cambia el rumbo de la familia Korhan. Zerrin, consumida por el dolor, arremete contra Ferit, culpándolo por la muerte de su nieto. Enfurecido, Ferit descarga su rabia contra Serter, desatando una pelea violenta que solo es detenida por Seyran y Akın. Mientras tanto, Halis Korhan mueve sus influencias para sacar a Orhan de la cárcel, consciente de que su permanencia allí pone en peligro el honor de la familia.
Seyran, a pesar de todo, sigue al lado de Ferit. Ni el dolor ni el rechazo la apartan. La conexión entre ellos sigue presente, pero también el abismo que los separa. Mientras tanto, Suna, cada vez más afectada por sus sentimientos hacia Ferit, comienza a acercarse más a él, generando un ambiente cargado de tensión. Sin embargo, Kaya percibe sus intenciones y decide advertirle que está jugando con fuego.
En la prisión, Orhan lucha por su vida, mientras Halis Korhan mueve todas sus piezas para sacarlo de allí. Sabe que, sin importar el costo, debe proteger el legado y la honra de su familia. La verdad está a punto de salir a la luz, y con ella, las consecuencias de cada decisión tomada.