En este episodio, la dinámica de trabajo entre Marta, Tasio y Pedro se muestra en su punto más productivo y armonioso, aunque no sin algunos momentos tensos. La escena comienza con Pedro y Tasio revisando las propuestas finales para el embalaje de dos nuevas fragancias. Marta presenta las opciones para los frascos, las etiquetas y las cajas. Desde el principio, Pedro nota que solo se muestra un tipo de frasco, a pesar de que están trabajando con dos productos diferentes.
Marta y Tasio explican que su propuesta es utilizar el mismo diseño para los frascos de ambos productos, tanto para el perfume como para el agua de colonia. Lo único que variaría sería el embalaje, las cajas, las etiquetas y, sobre todo, los colores. La intención es mantener una imagen coherente pero diferenciada entre las dos versiones del producto. Pedro, con una actitud inquisitiva, pregunta qué gama de colores tienen en mente. Marta y Tasio sugieren que el perfume tenga un color más fuerte y elegante, como un verde botella, y para la colonia, un tono más suave y ligero, como verde agua o granate y rosa palo. Esta estrategia busca crear armonía cromática mientras se distinguen claramente las dos versiones del producto.
El intercambio de ideas parece ser productivo, ya que ambos están de acuerdo en la importancia de la estética y la funcionalidad. Tasio menciona que tiene una preferencia por uno de los modelos, pero que Marta, debido a su mayor experiencia en este campo, debería ser quien tome la decisión final. Marta elige su opción, y Tasio confirma que tanto él como Pedro habían pensado en la misma elección. Este consenso alegra a Pedro, quien procede a asignar las tareas: Marta debe asegurarse de que el equipo de Miranda reciba las propuestas de diseño al día siguiente. Una vez que las aprueben, Tasio debe dar la orden de comenzar la producción inmediatamente. Pedro enfatiza que el tiempo es crucial y que no pueden permitirse detener las máquinas ni un solo día más.
El ambiente en la sala es uno de concentración y eficiencia, y Pedro felicita a Marta y Tasio, reconociendo su buen trabajo en equipo. Marta, en su tono habitual, comenta que no hubo ningún problema entre ellos, y que no debería haberlo. Pedro, mirando atrás, reflexiona sobre cómo la empresa estaba llena de conflictos antes de que él asumiera el cargo de director. Ahora, bajo su liderazgo, la gente como Marta y Tasio trabaja junta en armonía, lo que él considera un verdadero logro.
Sin embargo, hay un momento que altera ligeramente el ambiente. Marta, de manera algo curiosa, comenta que le resulta extraño que alguien que no es de la familia esté dirigiendo Perfumerías de la Reina. Pedro, manteniendo la calma y sin molestarse, responde que tal vez era necesario que alguien ajeno a la familia tomara las riendas para que las cosas empezaran a funcionar correctamente. Aunque la observación de Marta podría haberse interpretado como una crítica, Pedro lo toma de manera serena y continúa con su actitud segura.
Para cerrar la conversación, Pedro propone celebrar el éxito con una copa, pero Marta, educadamente, rechaza la invitación. No lo hace por falta de cortesía, sino porque prefiere seguir trabajando y dejar la celebración para otra ocasión. Pedro, mostrando comprensión, no se siente ofendido y respeta su decisión. La escena termina con todos regresando a sus tareas, cada uno centrado en lo suyo, pero con un ambiente de respeto mutuo y profesionalismo.
Este episodio resalta la evolución de las relaciones en la empresa, donde la colaboración se ha convertido en un factor clave para el éxito, aunque no todo esté libre de tensiones o de pequeños choques. Sin embargo, el trabajo en equipo y la dedicación parecen estar por encima de las diferencias personales, y eso es lo que finalmente permite que todo funcione.