El capítulo 326 de Sueños de Libertad promete un intenso enfrentamiento entre personajes que luchan por sus verdades y por no perder el control en medio de situaciones desesperadas. La tensión crece en la familia de los de la Reina, donde la preocupación y la intriga no dan tregua.
La escena inicial nos lleva a la casa familiar, donde Marta y Begoña están en el comedor. De repente, aparece Damián, quien con preocupación pregunta por Andrés, que no ha bajado a desayunar. Marta responde que no lo ha visto en toda la mañana, mientras Begoña comenta que Andrés salió temprano rumbo al hospital para acompañar a María, quien sigue profundamente afectada por los acontecimientos recientes. Marta añade que Andrés también llegó tarde la noche anterior tras pasar tiempo con ella y que, por fortuna, María ha decidido no denunciarlo. Sin embargo, la desconfianza no se disipa: Begoña teme que María pueda usar la situación para manipular a Andrés, y Marta confirma que esa mujer es capaz de todo, incluso de cosas mucho peores.
Damián interviene defendiendo a Andrés, afirmando que no puede abandonar a María en un momento tan crítico y que su lugar está junto a ella, a lo que Marta responde con un tono cargado de ironía, indicando que precisamente el abandono sería una excusa perfecta para María para denunciarlo y crearle problemas. Damián intenta cortar la discusión, asegurando que María sabe que una denuncia no prosperaría porque la caída de la que fue víctima fue un accidente terrible y que él mismo fue testigo de ello. Sin embargo, justo cuando la conversación se intensifica, suena el teléfono.
Damián atiende, esperando que sea Andrés, pero es el sargento Contón quien le informa de algo muy preocupante: Gorriz ha logrado escapar de España y, aparentemente, las autoridades portuguesas no pueden hacer nada para detenerlo. La noticia cae como un balde de agua fría. Damián, visiblemente molesto, comparte la noticia con Marta y Begoña. Se ha perdido el rastro de Gorriz en el puerto de Lisboa, y la posibilidad de que haya partido hacia América con una identidad falsa parece cada vez más probable. Esto complica gravemente la situación, pues con Gorriz desaparecido será casi imposible conectar su huida con la muerte de Jesús y con Carpena, dejando muchas preguntas sin respuesta.
Indignado, Damián jura que no permitirá que Gorriz se salga con la suya y que hará lo que sea necesario para que pague por sus crímenes, defendiendo con pasión que su lucha es también personal. En paralelo, don Pedro visita a María en el hospital, donde ella se muestra sarcástica y amarga, incapaz de ocultar el dolor por su situación. Asegura que tras la salida de Andrés se siente impotente y que es una persona inútil ahora, incapaz de valerse por sí misma.
Don Pedro intenta animarla, asegurándole que una rehabilitación adecuada puede ayudarla a recuperar su independencia, pero María lo enfrenta con la cruda realidad: los médicos le han dicho que nunca volverá a caminar, una sentencia que aplasta cualquier esperanza. En un giro dramático, María revela que su caída no fue accidental, sino que ocurrió tras una discusión con su esposo, quien estaba decidido a echarla de la casa. Ella se resistió y hubo un forcejeo que terminó con su caída por la barandilla.
Don Pedro, sorprendido y preocupado, le ofrece la ayuda de un abogado para denunciar a Andrés, pero María se niega, insistiendo en que él no la empujó sino que ella misma perdió el equilibrio en su rabia. Ante la insistencia de don Pedro, María sigue firme en no presentar cargos, creyendo que Andrés la cuidará y la llevará a casa, aunque no lo haya hecho antes. Esto provoca un debate intenso, donde don Pedro no puede entender cómo María aún mantiene sentimientos por su esposo después de todo lo ocurrido, y ella responde que no sabe si es amor, debilidad o dependencia, insinuando que él también conoce bien esa mezcla porque la siente hacia Digna.
Por otro lado, Damián decide visitar a Digna en su casa de Toledo. La conversación entre ambos es tensa. Damián llega con información preocupante: Pedro ha manipulado a Joaquín para que renuncie a su puesto de director, usurpando así el control de la empresa. Digna, inicialmente incrédula y ciega ante la verdad, defiende a su esposo, asegurando que solo ayudó a su hijo en un momento difícil. Pero Damián no se detiene, acusando a Pedro de orquestar una campaña para desacreditar a Joaquín a través de Gorriz, quien difundió falsos rumores sobre un aumento salarial injustificado. Además, Pedro llevó la presión al límite para que Joaquín, frustrado, se autodestruyera con un episodio público de violencia.
Digna, furiosa, niega las acusaciones, pero Damián promete reunir pruebas que confirmen sus sospechas. También le revela que Andrés presenció una reunión sospechosa entre Pedro y Gorriz, y que aunque Pedro se justificó con excusas, la desaparición repentina de Gorriz y la pérdida de su rastro en Lisboa son indicios preocupantes. Digna intenta aferrarse a la esperanza de que su hijo recuperará pronto la dirección, pero Damián insiste en que Pedro hará todo lo posible para impedirlo y que solo Jesús vio las verdaderas intenciones de Pedro, pagándolo con su vida. La tensión entre ambos llega al límite, con Digna reprochándole a Damián que deje de hacerle daño y acusándolo de destruir su vida, a lo que él responde que solo quiere protegerla de un asesino.
Finalmente, Damián se retira mientras Digna queda destrozada, atrapada entre la negación y la realidad que comienza a desmoronarse.
En la última parte del capítulo, Andrés regresa al hospital para llevarse a María, quien acaba de recibir el alta. Allí se encuentran con Raúl, el amante de María, lo que añade una nueva capa de conflicto. Ambos hombres ayudan a María a acomodarse en su silla de ruedas, pero la presencia de Raúl genera un clima tenso. María aprovecha para dejarle claro a Raúl que la relación entre ellos terminó y que Andrés no puede enterarse de nada. Raúl, aunque dolido, acepta respetar sus deseos y cambiar la dinámica de su relación, mientras Andrés observa en silencio.
Este episodio, lleno de revelaciones, tensiones y confrontaciones, pone de manifiesto que los personajes están atrapados en una red de engaños, traiciones y emociones contradictorias, donde el amor y el poder se enfrentan sin cuartel. Las decisiones que tomen en este capítulo tendrán consecuencias decisivas para su futuro y marcarán el rumbo de la serie.