La serie “Una nueva vida” ha dejado una profunda huella en la audiencia gracias a sus intensos giros dramáticos y su impecable interpretación actoral. Aunque en Turquía ya se ha emitido el último capítulo, en España la segunda temporada apenas ha comenzado, generando gran expectación. Los protagonistas, Afra Saraçoğlu (Seyran) y Mert Ramazan Demir (Ferit), han confesado recientemente cuáles fueron las escenas más desafiantes de toda la serie, revelando así el grado de entrega que ambos pusieron en este ambicioso proyecto. Estas secuencias, marcadas por una altísima exigencia emocional y técnica, no solo fueron complicadas de rodar, sino que también dejaron una huella imborrable en sus carreras.
El desgarrador dolor de Ferit ante la muerte de su hermano Fuat
Para Mert Ramazan Demir, la escena más difícil de todo el rodaje fue, sin duda, la que muestra la reacción de Ferit al enterarse de la muerte de su hermano Fuat. Este trágico momento ocurre después de que Fuat, el mayor de los hermanos Korhan, pierda la vida en un accidente automovilístico. La manera en que Ferit, profundamente afectado, niega la realidad al principio y luego se derrumba emocionalmente, supuso para el actor un auténtico reto interpretativo.
La secuencia se desarrolla frente a un hospital, bajo una intensa lluvia. Ferit, devastado y desorientado, deambula por los pasillos hasta que se desploma, incapaz de soportar el peso de la pérdida. La imagen de Seyran apoyándolo en silencio, empapada por el aguacero, se convirtió en una de las más icónicas de la serie. Sin embargo, detrás de esa intensidad emocional hubo también una gran complejidad técnica: trabajar bajo la lluvia artificial, con temperaturas bajas, requería una enorme concentración. Además, al ser una escena que debía rodarse en una sola toma, no había margen de error.
Mert confesó en una entrevista que fue uno de los días más exigentes de su vida profesional. La presión por transmitir el dolor de su personaje, mientras lidiaba con factores externos como el frío, el agua y la coordinación de cámaras, lo llevó al límite. Sin embargo, el resultado fue una escena poética y conmovedora, que ya se considera una de las más potentes de la televisión turca reciente.
La escena submarina que puso a prueba a Afra Saraçoğlu
Por su parte, Afra Saraçoğlu recordó con especial intensidad una escena que, aunque no ha sido emitida por completo, representa uno de los mayores retos de su carrera: una secuencia submarina planeada para la tercera temporada. En esta escena simbólica, Seyran y Ferit se sumergen en el agua para protagonizar un tierno abrazo, cargado de amor y complicidad. Sin embargo, una fuerza invisible los separa, reflejando de forma metafórica la turbulenta historia de amor entre ambos.
La grabación de esta escena fue un reto físico y emocional. Actuar bajo el agua exige no solo habilidades acuáticas, sino también una gran capacidad expresiva sin poder utilizar la voz o los gestos tradicionales. Afra debía transmitir angustia, desesperación y ternura únicamente con el movimiento de su cuerpo y la expresión de sus ojos. A esto se sumaba la dificultad de controlar la respiración, mantener la calma y seguir las indicaciones del equipo técnico, todo mientras permanecía sumergida.
En una entrevista con Elle Arabia, Afra reconoció que esta experiencia la llevó al límite: “Hacía mucho que no buceaba y tuve que entrenar para no entrar en pánico bajo el agua. Fue agotador, pero también muy enriquecedor”. A pesar de que no hubo gritos ni lágrimas, la carga emocional que implicaba actuar en esas condiciones le exigió un control mental excepcional. Según la actriz, se trató de una de las escenas más intensas, tanto a nivel físico como psicológico, de toda su carrera.
Un desafío interpretativo continuo
Ambos actores coinciden en que “Una nueva vida” fue un proyecto que los empujó a superar sus propios límites como intérpretes. No solo por la complejidad emocional de sus personajes —Ferit, herido por su pasado y confundido por sus sentimientos; y Seyran, atrapada entre el deber y el deseo—, sino también por el nivel de implicación que requirió cada escena. Las grabaciones, muchas de ellas cargadas de tensión dramática y simbolismo visual, no fueron simples escenas de telenovela: fueron auténticos ejercicios de interpretación cinematográfica.
Durante los más de 100 capítulos de la serie, tanto Mert como Afra tuvieron que enfrentarse a escenas de llanto, desesperación, rabia, amor, silencio e incluso represión emocional, todas ellas cuidadosamente diseñadas para retratar el deterioro emocional de los protagonistas. Los fans de la serie destacan precisamente eso: la capacidad de los actores para hacer creíble una historia de amor imposible, marcada por el dolor y la transformación de los personajes a lo largo del tiempo.
Un legado que perdura
Aunque “Una nueva vida” ya ha terminado en Turquía, el legado emocional que deja esta producción sigue muy presente. En España, la segunda temporada avanza cada domingo por la noche en Antena 3, y sigue atrapando a miles de espectadores. Las escenas que llevaron al límite a Afra Saraçoğlu y Mert Ramazan Demir no solo son ejemplo de compromiso actoral, sino también una prueba del poder que puede tener la ficción televisiva cuando se mezcla el talento con una narrativa bien construida.
Ambos intérpretes han ganado reconocimiento internacional por sus trabajos en esta serie, y su química en pantalla ha sido clave para el éxito del proyecto. Con su entrega total y su capacidad para emocionar al público, han marcado un antes y un después en la ficción otomana.
“Una nueva vida” no ha sido una serie más. Ha sido una montaña rusa de emociones que, gracias a escenas como las que se han comentado, ha dejado una huella imborrable en sus protagonistas… y también en el corazón de sus espectadores.