Avance semanal de La Promesa (16–20 de junio): secretos, traiciones y una despedida muy esperada

La tercera semana de junio en La Promesa se perfila como una de las más intensas del mes, cargada de decisiones trascendentales, emociones al límite y revelaciones inesperadas. Cada rincón del palacio se ve sacudido por noticias que podrían alterar para siempre el destino de sus habitantes. Desde títulos nobiliarios sorpresivos hasta viejos secretos que salen a la luz, pasando por tensiones familiares y actos de rebeldía, la trama avanza a paso firme y sin freno.

Un gesto inesperado: Lisandro cambia el destino de Catalina y Adriano

Uno de los momentos que más revuelo causa esta semana es el sorprendente gesto de Lisandro, quien decide recompensar la lealtad de Catalina y Adriano de una forma insólita: les entrega el título de condes de García y Luján. El nombramiento, aunque honorífico, conlleva una enorme responsabilidad que podría alterar el equilibrio en La Promesa. La pareja, completamente desconcertada, se enfrenta a un dilema moral y social: aceptar el título y todo lo que ello implica o rechazarlo, manteniéndose al margen de las jerarquías impuestas.

A lo largo de los días, vemos cómo Catalina y Adriano reflexionan intensamente sobre el ofrecimiento, discutiendo en privado sus temores, expectativas y el impacto que esta decisión podría tener tanto en ellos como en los demás residentes del palacio. La presión se incrementa, especialmente cuando otros personajes comienzan a mostrar signos de descontento o recelo ante el ascenso de la pareja.

Leocadia rompe los lazos con Ángela

Mientras tanto, la tensión entre Leocadia y su hija Ángela alcanza su punto más álgido. Al ver que la relación de Ángela con Curro sigue creciendo, Leocadia toma una decisión drástica y sin vuelta atrás: envía a su hija a Suiza para que retome sus estudios, alejándola así de cualquier influencia indeseada. Pero Ángela, lejos de aceptar el mandato sin protestar, planta cara a su madre y se niega a abandonar el entorno del palacio.

La joven se instala en los jardines de La Promesa, resistiendo con determinación a pesar del frío, la lluvia y el deterioro de su salud. Su rebeldía no tarda en tener consecuencias: Leocadia amenaza a Curro con despedirlo si continúa prestando ayuda a su hija. No obstante, Curro se mantiene firme en su compromiso, fiel a la promesa que hizo a Jana, y decide seguir apoyando a Ángela en secreto.

El adiós de Rómulo y un nuevo comienzo con Emilia

Uno de los momentos más conmovedores de la semana es la despedida definitiva de Rómulo, quien ha decidido marcharse de La Promesa junto a Emilia. Ambos han vivido intensas emociones en el palacio y consideran que ha llegado el momento de iniciar una nueva etapa lejos de las intrigas que los rodean. De manera discreta y sin grandes alardes, comienzan a preparar su partida.

Rómulo informa de su decisión a Alonso, quien lo escucha con respeto y cierta tristeza. Los miembros del servicio comienzan a notar la ausencia inminente del que durante tanto tiempo ha sido una figura de referencia y equilibrio. Esta marcha marca un antes y un después para La Promesa, pues no solo se pierde un mayordomo, sino un símbolo de lealtad, sabiduría y discreción.

Una investigación peligrosa y la verdad tras la Joyería Llop

Mientras tanto, la trama en torno al veneno y la misteriosa joyería Llop cobra fuerza. Curro, junto con Pía y Lope, decide regresar a la tienda de joyas para seguir investigando el origen del cianuro que apareció en capítulos anteriores. Las pistas que encuentran los llevan hasta Esmeralda, quien es arrinconada por Curro en el palacio con la esperanza de sonsacarle la verdad.

En un giro inesperado, Esmeralda confiesa a Curro oscuros detalles de su pasado y termina revelando la identidad del verdadero propietario de la joyería, un dato que impactará de lleno en las tramas principales. La información que sale a la luz no solo afecta al caso del veneno, sino que reaviva viejas rencillas y promesas pendientes que podrían cambiar el destino de varios personajes.

Curro, que ya le ha confesado a Esmeralda su verdadera identidad, sabe que no hay marcha atrás. Está completamente expuesto, y los riesgos para él se multiplican. No obstante, su determinación de llegar al fondo del asunto sigue intacta.

El estado de Ángela se agrava y Martina rompe las reglas

Mientras Ángela permanece a la intemperie, su estado de salud se deteriora gravemente. La joven, sin embargo, no se rinde, y su fuerza de voluntad empieza a poner en jaque a su madre. Martina, desobedeciendo las órdenes estrictas, decide ir a visitarla y confirmar en persona lo grave de su situación.

En paralelo, Lorenzo intenta intervenir entre madre e hija, proponiendo a Leocadia métodos más sutiles para lidiar con la rebeldía de Ángela. Este intento de mediación abre una nueva posibilidad para que la joven pueda continuar en La Promesa sin estar tan expuesta.

El misterio se intensifica y una figura desconocida aparece

Por su parte, Manuel logra cerrar finalmente la venta de los motores, mientras la tensión se traslada al hangar, donde él y Toño empiezan a notar movimientos extraños. El ambiente se vuelve cada vez más inquietante, y al final de la semana, ambos son testigos de la llegada de una figura misteriosa en la oscuridad, cuyo rostro no se alcanza a ver.

Este hecho genera un nuevo foco de intriga dentro de la historia, abriendo paso a una posible nueva trama o personaje que podría alterar el equilibrio de fuerzas.

Una fiesta en medio del caos y una decisión final

Para cerrar la semana, Leocadia propone organizar una fiesta en el palacio, un evento que podría tener una doble intención: aparentar normalidad o distraer a los presentes mientras se desarrollan otras acciones en secreto.

Durante esa celebración, Catalina y Adriano finalmente anuncian su decisión respecto al título nobiliario. Su respuesta, lejos de ser la que todos esperaban, sorprende a los presentes y redefine su rol dentro de la historia.

Conclusión

Esta semana en La Promesa está marcada por decisiones trascendentales, partidas emotivas y secretos que cambian el rumbo de los personajes. La marcha de Rómulo, la rebeldía de Ángela, la verdad sobre Esmeralda y la identidad del dueño de la joyería Llop son elementos que prometen mantener a los espectadores pegados a la pantalla. Cada acción tiene consecuencias, y la historia avanza hacia un futuro tan incierto como emocionante.

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