Esta semana en La Promesa, uno de los grandes misterios que mantiene en vilo a los espectadores es la identidad del verdadero dueño —o dueña— de la joyería Llop. El vídeo titulado “Y el dueño de la joyería Llop es…” profundiza en las teorías y pistas esparcidas por la serie y analiza con detalle quién podría estar detrás de este exclusivo establecimiento, con conexiones que van más allá del lujo y apuntan hacia secretos oscuros y tramas criminales.
Todo comienza con la aparición de Esmeralda, la gerente de la joyería. De carácter altivo, modos refinados y mirada de villana consumada, Esmeralda ya causó sensación cuando atendió a Curro y Luján (Lopicurro), aunque sólo lo hizo porque pagaron el doble. Esta mujer misteriosa ahora se deja ver en el hangar de La Promesa e incluso aparece en imágenes promocionales en el patio de la zona de servicio, lo que levanta todas las alarmas: ¿qué hace Esmeralda allí? ¿Qué relación guarda con algún residente? ¿Y lo más importante: quién es realmente su jefe o jefa?
A lo largo del video, el narrador (Juan Cienfuegos, conocido por sus crónicas fieles y certeras) descarta y analiza posibles candidatos. En primer lugar, niega categóricamente que Cruz pueda ser la dueña. Aunque es una clienta habitual y tiene trato frecuente con la joyería, no hay ninguna lógica narrativa que respalde que ella sea la propietaria. En la misma línea, también descarta al marqués Alonso. Si bien sería un giro interesante convertirlo en el cerebro detrás del negocio, esto desentonaría demasiado con su personalidad establecida. Un giro así lo convertiría de golpe en el villano más astuto, algo difícil de aceptar incluso para los guionistas.
Luego, Juan analiza a los candidatos con más posibilidades. Uno de ellos es Leocadia, una de las antagonistas actuales de la serie. La idea de que la joyería favorita de Cruz pertenezca en realidad a su enemiga íntima resulta deliciosa desde el punto de vista del guion. Leocadia ya ha demostrado tener medios, malicia y conexiones peligrosas, y convertirla en la verdadera propietaria de la joyería abriría un nuevo nivel de poder para su personaje. De ser cierto, implicaría también que ella tiene influencia sobre los icarios y los movimientos turbios que rodean a la joyería.
Otro candidato fuerte es el Duque de Carvajal y Cifuentes, el padre de Antonio, el “Principito” que estuvo prometido con Martina. Esmeralda, en una escena significativa, reconoce que conoce al duque, aunque finge humildemente no tener la clase suficiente para coincidir con él en eventos. Esto sugiere una relación más directa, posiblemente jerárquica. Si él fuera su jefe, tendría sentido que se lo callase. Su poder, conexiones y carácter frío hacen de él un aspirante creíble.
Sin embargo, Juan plantea un detalle clave: Esmeralda se traslada hasta La Promesa. Esto indicaría que el dueño de la joyería podría estar allí, lo cual reforzaría aún más las sospechas sobre Leocadia y el Duque de Carvajal. No obstante, también abre la posibilidad a que ese “dueño” esté fuera de La Promesa pero tenga interés directo en sus residentes.
De ahí surgen dos opciones adicionales, menos evidentes, pero igualmente poderosas:
- El Duque de Carril, padre de Vera. Este personaje, ya introducido anteriormente, es un hombre peligroso, implicado en turbios negocios financieros. Vera huyó de él asegurando que su propio padre intentó matarla. Además, era el dueño del famoso maletín de dinero que Cruz acabó quedándose. Es un hombre con la frialdad y la ambición necesarias para liderar un imperio como la joyería Llop, especialmente si esta se usa también para actividades ilícitas. Además, se menciona que la madre de Vera, la Duquesa de Carril, es clienta habitual del negocio. Todo encaja.
- El Duque de los Infantes, padre de Jimena. Aunque este personaje ha quedado algo olvidado tras el suicidio de su hija, se dejó caer que su fortuna proviene de orígenes oscuros y chanchullos. Aunque no se ahondó en estos detalles, abre una puerta plausible a su implicación con negocios como la joyería Llop, especialmente si esta sirve como tapadera de actividades ilegales.
Ahora bien, si el objetivo de los guionistas es introducir al dueño de la joyería como parte activa de la trama y no como un personaje fantasma que jamás aparezca, entonces es lógico pensar que será alguien con suficiente peso narrativo. Desde ese punto de vista, los candidatos más sólidos para Juan son: Leocadia, Lisandro (el Duque de Carvajal y Cifuentes), Gonzalo de Carril (Duque de Carril) y José Luis de los Infantes (padre de Jimena).
Cada uno de ellos representa un camino narrativo distinto: Leocadia sería la villana expuesta; Lisandro, el noble soberbio con doble cara; Gonzalo, el tiburón financiero que acecha desde las sombras; y José Luis, el fantasma del pasado que podría volver con fuerza.
El video concluye animando a los seguidores de La Promesa a compartir sus teorías y opiniones sobre quién creen que es el dueño o dueña de la joyería. La revelación parece estar cerca y puede suponer un nuevo punto de inflexión para la serie, especialmente si quien está detrás de todo este entramado resulta estar mucho más cerca —y ser más poderoso— de lo que pensábamos.
Una cosa está clara: la joyería Llop no es un simple comercio de lujo. Es la punta de un iceberg repleto de secretos, traiciones, intereses cruzados y posiblemente crímenes. La llegada de Esmeralda a La Promesa no es casual. Está allí por una razón… y cuando se revele la verdad, nada volverá a ser como antes.
¿Y tú? ¿Quién crees que es el verdadero dueño de la joyería Llop?
