La sombra del Duque de Carril vuelve a cernirse sobre La Promesa, y esta vez no lo hace solo: la misteriosa desaparición de Esmeralda lo pone en el centro de una trama cada vez más oscura, con implicaciones que van mucho más allá de lo que los habitantes del palacio imaginan.

Todo comienza con una llamada inesperada. A altas horas, don Gonzalo, el Duque de Carril, se pone en contacto para ofrecer su ayuda a la familia Luján, aprovechando el difícil momento que atraviesan. Sin embargo, su gesto, lejos de inspirar confianza, levanta sospechas. Y no es para menos: este personaje tiene un historial de manipulación, estafas, préstamos usureros y, como se ha descubierto recientemente, una conexión directa con una red de asesinatos encargados desde una joyería que él mismo controla.

La clave de todo este entramado parece ser Esmeralda, una mujer que, al principio, se presentó como una empleada de la joyería Job y que parecía carecer de escrúpulos. Pero su reciente confesión a Curro revela una historia desgarradora: Esmeralda era una vendedora ambulante de calderos de cobre, una mujer humilde que fue “descubierta” por el Duque de Carril. Él, fascinado por su desparpajo, la contrató… para trabajar en una fachada de negocios turbios.

Lo que parecía una oferta generosa escondía una trampa mortal: la joyería Job no solo vendía joyas, también gestionaba asesinatos por encargo. El Duque, además de ser el dueño, investigaba personalmente a quienes solicitaban estos servicios, aprovechándose de sus secretos para extorsionarlos posteriormente. Esmeralda, al descubrir la realidad de lo que allí ocurría —especialmente el asesinato de Hann, una mujer embarazada—, intentó marcharse, pero fue amenazada: si abandonaba el trabajo, su padre y sus hermanos pagarían con la vida. Su padre, además, está gravemente lesionado y depende totalmente de ella.

A pesar de todo, Esmeralda se conmovió con Curro, y en un acto de valentía, decidió hablar y destapar toda la verdad. Pero justo cuando parecía dispuesta a denunciar la red criminal… desaparece sin dejar rastro. La pregunta que ahora flota en el aire es: ¿ha huido para proteger a su familia o ha sido silenciada para siempre?

Lo que sí se sabe es que el Duque de Carril está detrás de su desaparición. Es un hombre que no deja cabos sueltos. Además, guarda un misterioso cuaderno de tapas doradas, en manos de su secretario Jacinto Iglesias, que podría contener toda la información sobre los encargos realizados desde la joyería: nombres, fechas, víctimas y clientes. Ese cuaderno podría ser la pieza clave para descubrir quién ordenó los asesinatos de Hann, del doctor Gamarra —quien fue asesinado sin tener culpa alguna—, y quizá otros crímenes aún ocultos.

Los avances indican que López planea infiltrarse en el palacio de los duques de Carril para intentar hacerse con ese cuaderno. Jacinto Iglesias, que vive en la residencia como si fuera uno más de la familia, guarda celosamente este documento, lo que hace la misión aún más peligrosa. El recuerdo de vídeos antiguos donde ya se hablaba de la infiltración como posible desenlace para esta trama ahora cobra sentido, aunque en este caso, el escenario será la propia residencia del duque y no una notaría como se pensaba inicialmente.

Pero ¿qué interés tiene el Duque en La Promesa? En el pasado ya intentó acercarse a Alonso y Manuel con el pretexto de ayudarles a salir de la ruina. Aunque Lorenzo advirtió que no se podía confiar en Gonzalo, sus palabras fueron ignoradas. El duque parecía haber quedado en el pasado… hasta ahora. Su reaparición, con una sonrisa de falsa cortesía y una mano supuestamente tendida, esconde su verdadera intención: seguir manipulando y ganando poder.

Por otro lado, este retorno coincide con el inicio de una nueva trama para Vera, quien por fin dejará el segundo plano. Todo apunta a que se verá involucrada directamente en la investigación del asesinato de Hann, lo que podría llevar a grandes revelaciones sobre su origen. Recordemos que Vera es hija de los duques de Carril, aunque aún no se ha desvelado todo sobre su pasado. Algunos incluso especulan que podría salir a la luz su verdadera identidad y que dejaría de formar parte del servicio. Pero, ¿sería aceptada como parte de la nobleza? ¿Cómo afectaría eso a su relación con López?

Mientras tanto, el palacio se convierte en un hervidero de secretos y conspiraciones. El exsacerdote Samuel y María siguen en el punto de mira, aunque su relación cada vez se hace más evidente. Si ellos también salen del servicio, y Vera revela su linaje, la estructura social dentro de La Promesa cambiaría drásticamente.

Lo más inquietante es que nadie en La Promesa parece ser plenamente consciente del peligro que representa el Duque de Carril. Es un villano con múltiples caras, que juega con la verdad, manipula sentimientos y utiliza el poder como un arma silenciosa. Su red de contactos, su capacidad para infiltrar agentes, y su gusto por mantener una fachada de respetabilidad lo hacen aún más peligroso que personajes como Cruz o Leocadia.

La desaparición de Esmeralda marca el inicio de una nueva fase en la serie. ¿Está viva? ¿Logrará Curro encontrarla antes de que sea demasiado tarde? ¿Podrá López descubrir el contenido del cuaderno dorado? ¿Y cómo reaccionarán Alonso y Manuel cuando descubran que han sido marionetas del Duque desde el principio?

Muchos esperan que también regrese la duquesa de Carril, para añadir aún más capas de tensión a esta historia que ya se perfila como una de las más oscuras de la telenovela. Sería ideal que aparecieran incluso los hermanos de Vera, lo que permitiría un giro narrativo completo que sacudiría los cimientos de La Promesa.

Entre desapariciones, infiltraciones, identidades ocultas y redes de crimen, La Promesa se prepara para ofrecernos una de sus tramas más ambiciosas. Y aunque quedan muchas preguntas sin resolver, una cosa está clara: el regreso del Duque de Carril lo cambia todo. Nada volverá a ser igual.