La semana del 23 al 27 de junio en La Promesa estará marcada por el lujo, los secretos más oscuros y la llegada de una mujer misteriosa que podría cambiar el destino de Manuel para siempre. Mientras la nobleza se prepara para una gran celebración, en el palacio se intensifican las tensiones, las intrigas se profundizan y el pasado vuelve con fuerza para sacudir los cimientos de La Promesa.

Lunes 23 de junio: Fiesta bajo una máscara de calma

Los marqueses de Luján organizan un banquete en apariencia para demostrar que todo ha vuelto a la normalidad tras tiempos convulsos. La imagen que desean proyectar es de estabilidad, pero en realidad tienen un plan más ambicioso: buscar una esposa para Manuel. El heredero necesita limpiar su reputación y una unión ventajosa fortalecería su posición entre los nobles. Alonso y Leocadia orquestan cada detalle, mientras Lisandro se encarga del nombramiento de Adriano como nuevo conde de Campos y Luján.

Adriano, por su parte, no está entusiasmado. La solemnidad del evento le genera ansiedad, y siente el peso de representar a una nobleza que apenas conoce. Al mismo tiempo, Lope revela a Curro y Pía que Vera guarda vínculos con el duque de Carril, lo que lo lleva a planear infiltrarse en la mansión del conde en busca de respuestas.

Rómulo, por otro lado, rechaza la casa ofrecida por Alonso y confiesa a Emilia que su verdadero deseo es retirarse junto al mar con ella. Mientras tanto, Leocadia accede a que Ángela regrese a la finca, aunque bajo condiciones estrictas. Y para sorpresa de todos, Petra vuelve con la firme intención de recuperar su cargo como ama de llaves.

Martes 24 de junio: Petra reaparece con fuerza y secretos al acecho

La reaparición de Petra genera tensión inmediata, sobre todo con Pía y Rómulo, quienes no confían en sus intenciones. Leocadia le deja claro que esta vez no tolerará errores: su reincorporación debe ser impecable. En paralelo, María Fernández se enfrenta al padre Samuel, culpándolo de permitir que Petra regrese y altere la armonía del servicio.

Mientras tanto, Lope trata de convencer a Vera de que lo ayude a infiltrarse en la casa de los duques de Carril, a sabiendas del riesgo que esto implica. Por otro lado, Pía y Curro están muy preocupados por la desaparición de Esmeralda. Nadie sabe nada de ella, y el miedo crece.

Curro, decidido a proteger a Ángela, enfrenta directamente a Lorenzo, reprochándole sus actitudes abusivas hacia la joven. Catalina, mientras tanto, instruye a Adriano en protocolo y etiqueta para que brille en la fiesta. Manuel recibe una carta misteriosa de su madre Cruz que lo desestabiliza por completo. Aunque todos creen que la fiesta es solo un acto de poder, él empieza a sospechar que el verdadero objetivo es encontrarle esposa.

Miércoles 25 de junio: La tensión alcanza su punto máximo

La gran fiesta está cada vez más cerca, y Adriano siente la presión de estar a la altura del título que recibirá. Catalina no deja nada al azar: todo debe salir perfecto. En el servicio, Petra impone un régimen severo, exigiendo perfección absoluta y generando tensión entre los empleados.

Manuel sigue dudando sobre asistir a la celebración. Su negativa es vista como rebeldía, pero en realidad la carta de Cruz lo tiene atrapado en un dilema que no sabe cómo resolver. Mientras tanto, Lope insiste a Vera para que lo deje entrar a la mansión de los duques. Cree que esta incursión podría liberarla de la influencia de su padre.

Curro, abrumado por la presión, considera confesar a Lope una verdad devastadora: que Cruz no fue la verdadera culpable de la muerte de Jana, y que él la envió deliberadamente a prisión. Revelar esta verdad implicaría asumir enormes consecuencias, y podría hacer tambalear toda la estructura de secretos sobre la que se sostiene La Promesa.

Jueves 26 de junio: Una carta, una fiesta y una revelación inesperada

Manuel finalmente lee la carta de su madre, pero decide guardar el secreto. Ante Alonso finge con seguridad que no la ha abierto. Sin embargo, la presión familiar lo obliga a aceptar asistir a la fiesta. Adriano se prepara con nerviosismo, pero un comentario hiriente de Lisandro lo descoloca aún más.

Durante la fiesta, el joven conde intenta mantener la compostura, pero comete errores que no pasan desapercibidos. En ese mismo evento, Manuel se convierte en el centro de atención de varias jóvenes nobles. Aunque trata de mantener distancia, una de ellas logra captar su interés con una revelación sorprendente sobre el negocio de los motores. ¿Quién es esta mujer que, de la nada, logra desestabilizarlo?

Rómulo anima a su equipo a dar lo mejor de sí durante la velada. A pesar del esfuerzo conjunto, Petra sigue manteniendo una actitud fría y distante, generando fricción con Teresa y Emilia. Por otro lado, Vera acepta finalmente ayudar a Lope. Juntos trazan un plan para ausentarse del palacio sin levantar sospechas.

Mientras tanto, Ángela enfrenta un episodio de acoso por parte de los compañeros de Lorenzo. Esta vez no se calla y, con valentía, se enfrenta directamente a uno de ellos, decidida a no tolerar más abusos.

Viernes 27 de junio: Una despedida, una nueva amenaza y una mujer misteriosa

La fiesta llega a su fin dejando un sabor agridulce. Varios invitados se marchan insatisfechos, convencidos de que el evento no estuvo a la altura. Ángela, por su parte, se prepara para un nuevo enfrentamiento con Lorenzo, preocupada por cómo él reaccionará al ver que la noche no fue un éxito.

En el hangar, Manuel se reencuentra con la misteriosa joven que lo había intrigado en la recepción. Su aparición repentina reaviva todas sus dudas. Toño observa atónito cómo la desconocida comienza a ejecutar un plan que no parece nada inocente. ¿Qué intenciones tiene realmente?

La reacción de Manuel ante este nuevo encuentro será clave. Toma una decisión que nadie esperaba, dejando entrever que su corazón podría estar a punto de abrirse, pero también que el peligro podría estar más cerca de lo que cree.

Mientras tanto, el plan de Rómulo de abandonar La Promesa tras la fiesta se frustra cuando Alonso le encomienda una última y crucial tarea. La magnitud de la misión cambia por completo sus planes de retiro.

Por último, el padre Samuel intenta calmar las aguas entre Petra y María Fernández. Le ruega a la ama de llaves que deje atrás su actitud vengativa, pero ella, furiosa tras haberlos visto besarse, amenaza con revelar todo y convertirlo en un escándalo que sacudiría el orden del servicio.