En uno de los momentos más significativos de la serie Sueños de libertad, la tensión entre los personajes empieza a transformarse en nuevas alianzas cuando Damián, decidido a fortalecer la estructura de Perfumerías de la Reina, le hace a Gabriel una propuesta inesperada: convertirse en el abogado exclusivo de la empresa familiar. Este giro de la trama marca un antes y un después en la posición de Gabriel dentro del universo de los De la Reina.
La escena comienza con Damián hablando en tono serio pero conciliador, invitando directamente a Gabriel a sumarse al equipo. Le propone ocupar un cargo crucial: ser el abogado interno de la empresa, una figura de confianza que esté completamente dedicada a las necesidades legales de Perfumerías de la Reina. Gabriel, sorprendido por la propuesta, no oculta su desconcierto inicial. Aunque halagado, expresa su sorpresa ya que sabía que la empresa contaba con un bufete externo que hasta ahora manejaba sus asuntos legales. Damián reconoce que así es, pero explica que justamente por tratarse de un despacho que atiende a múltiples empresas, surgen inconvenientes de prioridad y dedicación. Por eso, quiere contar con alguien que se comprometa al cien por ciento con la familia y el negocio.
El planteamiento de Damián va más allá de una simple oferta de empleo. Aclara que no se trata solo de su deseo personal, sino también del consenso entre sus hijos, quienes consideran que es la mejor decisión para proteger el legado familiar. Saber que alguien de confianza se encarga de los asuntos legales internos sería un verdadero alivio para todos ellos.
Gabriel se muestra honesto: sí, tenía otros planes en mente, pero no se esperaba una oportunidad como esta. Cuando Damián sugiere que podrían ajustar los términos económicos si fuera necesario, Gabriel lo interrumpe, dejando claro que no se trata del dinero, sino del impacto emocional de la oferta. Está visiblemente tocado por el gesto de confianza que representa. Damián, firme y paternal, le recuerda que la confianza no se regala: se gana. Y en este caso, él ha demostrado ser digno de ella.
La propuesta no incluye solo el trabajo. Damián le ofrece también alojamiento en la casa familiar, como parte del entorno íntimo de los De la Reina. Esta inclusión total, tanto en el plano profesional como en el personal, simboliza un acto de aceptación y pertenencia.
En un gesto que evidencia la importancia de este vínculo, Damián se sincera con Gabriel: para él, la fábrica lo es todo. Ha dedicado su vida entera a hacerla crecer, incluso en los peores momentos, y la ve como el legado más importante que dejará a su familia. Al decirle a Gabriel que también es “un De la Reina”, lo está nombrando simbólicamente como parte del linaje, aunque no tenga la sangre directa. Esto conmueve profundamente a Gabriel, que apenas puede contener la emoción.
Mientras uno de los hijos, visiblemente más cauto, le sugiere a Gabriel que tal vez necesite tiempo para considerar la oferta, este lo interrumpe sin dudar: no necesita pensarlo. Acepta de inmediato. Dice que trabajar junto a la familia es un honor y vivir en esa casa es un privilegio que no puede rechazar. La escena culmina con Damián dándole la bienvenida oficial tanto a la empresa como al hogar, lo que marca un nuevo comienzo para Gabriel, quien hasta entonces había permanecido más bien al margen de las dinámicas familiares.
Sin embargo, queda una sombra en el horizonte: don Pedro. Gabriel, consciente del delicado equilibrio de poder dentro de la familia, pregunta si él está de acuerdo con su incorporación. Damián, con una sonrisa que esconde firmeza, le dice que no se preocupe por eso, que él mismo se encargará de don Pedro, dejando entrever que hay tensiones no resueltas entre ellos y que su apoyo no está garantizado.
Este momento se convierte así en un punto de inflexión. Gabriel, que hasta hace poco era una figura externa, pasa a ocupar un lugar central en la empresa y en la casa. La relación con Damián se fortalece, y al mismo tiempo se empieza a gestar un posible conflicto con don Pedro, quien podría no ver con buenos ojos esta nueva figura de autoridad legal dentro del entorno De la Reina.
La decisión de Damián no solo busca asegurar la lealtad de Gabriel, sino también reforzar el control de la familia sobre la empresa ante posibles amenazas externas e internas. Al incorporar a alguien de su confianza como abogado exclusivo y colocarlo bajo su propio techo, Damián está trazando nuevas líneas de poder que podrían incomodar a otras figuras de la familia y detonar reacciones impredecibles.
Por otro lado, la rápida aceptación de Gabriel muestra que, más allá de lo profesional, hay un componente emocional en su decisión. El deseo de pertenecer, de ser parte de una estructura familiar fuerte, y el agradecimiento por la confianza depositada en él son los motores que lo impulsan a decir sí sin reservas. Pero esta integración tan veloz también podría traer consecuencias. Al entrar en la casa, Gabriel no solo se convierte en defensor legal de Perfumerías de la Reina, sino también en testigo directo de las dinámicas familiares, secretos, tensiones y alianzas ocultas que atraviesan a los De la Reina.
El futuro mostrará si esta confianza mutua se consolida o si, como tantas veces ocurre en Sueños de libertad, lo que parece una alianza prometedora acaba transformándose en el inicio de un nuevo conflicto.
En conclusión, Gabriel acepta sin dudar la propuesta de Damián para convertirse en abogado exclusivo de Perfumerías de la Reina, mudándose incluso a la casa familiar. Mientras los lazos se fortalecen entre ellos, surge una tensión latente con don Pedro, que podría convertirse en un obstáculo inesperado. Un episodio que marca un antes y un después en el rumbo de varios personajes clave de Sueños de libertad.