“La Promesa” emociona con la gran despedida de Rómulo en su episodio 625: una verdad revelada y un homenaje inolvidable
El episodio número 625 de La Promesa quedará grabado en la memoria de los espectadores como uno de los más emotivos y reveladores de la serie. Tras varios días de anticipos, la exitosa ficción de La 1 de TVE finalmente ha mostrado al público toda la verdad sobre Rómulo Baeza, el mayordomo interpretado magistralmente por Joaquín Climent, en una entrega cargada de sentimientos y despedidas que marcan un antes y un después en el Palacio de los Luján.
Desde su primera aparición, Rómulo se convirtió en una figura indispensable dentro de La Promesa. Con su carácter recto pero humano, su sentido del deber y su lealtad incuestionable, logró conquistar no solo a los habitantes del palacio, sino también al público, que lo ha acompañado durante todo este viaje lleno de altibajos. Ahora, su historia dentro de la finca llega a su fin, pero no sin antes dejar una profunda huella en todos los que lo rodean.
Un amor que revive el pasado y decide el futuro
La decisión de Rómulo de abandonar La Promesa no ha sido impulsiva. Tras reencontrarse con Emilia, el gran amor de su vida, el veterano mayordomo comprende que ha llegado el momento de cerrar un ciclo y comenzar uno nuevo. Emilia representa la ternura, la tranquilidad y una segunda oportunidad para ser feliz más allá del trabajo y el compromiso inquebrantable con los Luján. Juntos, deciden marcharse y construir una vida lejos del palacio, algo que parecía inalcanzable tiempo atrás.
Un último gesto antes de partir
Pero fiel a su carácter, Rómulo no podía marcharse sin antes cumplir un último deber. A pesar de haber planeado ya su retiro, pospone su marcha para colaborar en la organización de la gran fiesta en honor a los nuevos condes de Campos y Luján. Este acto final de entrega y compromiso demuestra, una vez más, la grandeza de un personaje que siempre puso el bienestar del palacio por encima del suyo.
Con esta última colaboración, Rómulo quiso despedirse en sus propios términos, dejando claro que no se va por obligación, sino porque ha cumplido su misión. Una salida voluntaria, digna, acompañada de afecto y reconocimiento.
El marqués reconoce su legado
El impacto de la partida de Rómulo se siente desde el primer instante. El ambiente dentro de La Promesa cambia. Su ausencia se vuelve palpable en cada rincón. Los miembros del servicio, que lo veían como una figura paterna y de autoridad, quedan desorientados, mientras que el marqués Alonso —quien durante años confió en él como su mano derecha— comprende la magnitud de la pérdida.
Consciente del legado que deja, Alonso decide rendirle un homenaje sorpresa. Reúne a la familia y al servicio para dedicarle unas palabras llenas de respeto y gratitud, en un gesto que conmueve a todos. El homenaje, lejos de ser un simple protocolo, se convierte en una celebración de su vida en La Promesa, una muestra de que Rómulo fue, más que un empleado, una pieza esencial de la historia de la casa.
La emoción se desborda en la despedida
Durante su despedida, los abrazos, las lágrimas y los silencios cargados de emoción se suceden entre los criados y miembros de la familia. La escena que más impacto ha causado entre los televidentes es el abrazo entre Rómulo y Alonso, un momento que sintetiza años de respeto mutuo, silencios compartidos y lealtades sin condiciones. El personal del servicio, que ha compartido con él mil batallas cotidianas, le brinda una despedida íntima pero muy sentida.
Historias cruzadas que avanzan
Mientras Rómulo se despide del lugar que fue su hogar durante tanto tiempo, otras tramas se desarrollan en paralelo, marcando también giros importantes en el devenir de la serie.
Por un lado, Toño logra llevar a Manuel al hangar, donde le presenta una creación que lo deja fascinado. Aunque Toño se atribuye la autoría de la idea, en realidad es obra de Enora, quien nuevamente queda opacada por su compañero. A pesar de ello, la propuesta técnica impresiona a Manuel, que se muestra motivado por lo que ve, sin saber aún la verdad detrás de la idea.
María y Samuel: confesiones pendientes
Otra de las tramas que ha ganado intensidad en este episodio es la protagonizada por María Fernández y Samuel. Impulsada por sus emociones y temiendo no tener otra oportunidad, María decide buscarlo antes de que sea demasiado tarde. Con valentía, le expresa lo que siente, revelando los sentimientos que ha guardado durante tanto tiempo. Este paso adelante deja abierta una posible reconciliación o, al menos, una claridad emocional necesaria para ambos.
Lope y su misión peligrosa
En Córdoba, Lope se infiltra en la residencia de los duques de Carril con el objetivo de encontrar el misterioso libro de cubiertas doradas, que podría contener información crucial sobre los asesinatos de Hann y Curro. Pero la situación se complica cuando es descubierto por Jacinto, el secretario de la casa. A punto de ser delatado, Amalia interviene con una mentira inesperada: afirma que Lope es un actor contratado para una velada especial.
Aunque logra evitar que la situación se salga de control, la duquesa sospecha de la historia y comienza a exigir explicaciones más detalladas. La tensión se incrementa, dejando a Lope en una situación extremadamente delicada, que podría poner en peligro no solo su misión, sino también su vida.
El legado de Rómulo sigue vivo
Aunque Rómulo deja físicamente el palacio, su influencia y enseñanzas perduran. Ha sido mentor, confidente, guía y referente para muchos. Su figura representa la integridad, la lealtad y la humanidad en un entorno donde a menudo priman las apariencias y los intereses personales. La Promesa, sin él, no será igual, pero su huella quedará grabada para siempre en quienes tuvieron el privilegio de cruzarse en su camino.
Conclusión
El episodio 625 de La Promesa ha sido una auténtica joya dentro de la serie. Con la salida de Joaquín Climent como Rómulo, se cierra uno de los arcos narrativos más sólidos y entrañables de la producción. Pero también se abren nuevos caminos: decisiones por tomar, secretos por descubrir y amores por reconciliar.
En definitiva, esta entrega no solo ha revelado “toda la verdad” sobre Rómulo, sino que también ha demostrado que La Promesa sigue siendo una serie con alma, capaz de tocar el corazón del espectador con cada escena. Y aunque Rómulo se marche, su espíritu permanecerá entre los muros del palacio como un símbolo de lo mejor que ha ofrecido esta historia.