Los seguidores de La Promesa aún siguen conmovidos y algo nostálgicos tras la emotiva salida de Rómulo, uno de los personajes más queridos de la serie. Interpretado magistralmente por Joaquín Climent, su marcha no solo ha marcado un antes y un después en la ficción, sino que también ha tenido un trasfondo muy especial fuera de la pantalla. La actriz María Castro, que da vida a Pía en la serie, ha querido compartir con los fans el verdadero motivo que llevó a su compañero a despedirse de la producción.
La historia dentro de la ficción mostró un final digno y entrañable para Rómulo. Tras haber dedicado más de tres décadas de su vida al servicio de la familia Luján, el mayordomo por fin decidió cerrar esa etapa y empezar una vida nueva junto a Emilia, su gran amor. La decisión de retirarse no fue tomada a la ligera, pero representaba el anhelo profundo de vivir cerca del mar, en paz, lejos de las obligaciones y responsabilidades que siempre había asumido con rigor y discreción.
Su despedida fue más que un simple adiós. La serie le regaló una boda sencilla pero llena de emoción, en la que Rómulo y Emilia sellaron su amor frente a todos. Los compañeros de la servidumbre, así como el marqués, le dedicaron palabras de reconocimiento y afecto. No era para menos: Rómulo no solo fue el pilar silencioso que mantenía el orden en la Casa Grande, sino también un hombre íntegro, sabio y respetado por todos.
Pero mientras los guionistas ofrecían este emotivo cierre al personaje, fuera del set la realidad era otra. Muchos se preguntaban por qué Joaquín Climent había decidido marcharse en este momento, justo cuando su personaje estaba en uno de sus momentos más relevantes. La respuesta llegó de la mano de María Castro, quien a través de sus redes sociales desveló que todo había sido una elección personal del actor.
“¡Te jubilas cuándo quieres y dónde quieres!”, escribió María con evidente cariño y admiración hacia su compañero. “Y eso se resume en salud y solvencia… tras una vida entera entregada al séptimo arte y al teatro”. Con estas palabras, la actriz no solo despejaba cualquier duda sobre posibles conflictos con la productora o cambios de guion, sino que ponía en valor la libertad de Climent para decidir el rumbo de su vida profesional tras una trayectoria impecable.
“¡Y cómo te mereces jubilarte así! ¡Eligiendo! No hay mayor lujo en esta vida que poder elegir”, añadía María en su mensaje, dejando claro el respeto profundo que siente por el veterano actor. La actriz gallega también aprovechó para recordar que su relación con Joaquín Climent va mucho más allá de lo laboral. Ambos coincidieron en 2016 en la serie Seis hermanas, pero fue en La Promesa donde consolidaron una amistad sincera, basada en la confianza, las confidencias compartidas y el compañerismo.
Para María Castro, la marcha de Joaquín no solo significa la despedida de un compañero de reparto, sino la ausencia de un amigo en el set. El cariño que les une se hizo aún más fuerte durante el embarazo de la actriz y los primeros meses de vida de Emma, su hija pequeña. De hecho, María llevaba a la niña a las grabaciones, y Joaquín siempre estuvo atento y presente, compartiendo momentos entrañables con ambas.
La despedida de Climent del rodaje también fue muy especial. El equipo quiso rendirle homenaje con una pequeña celebración sorpresa en los camerinos. Allí estuvieron, entre otros, Enrique Fortún y Arturo García Sancho, compañeros de la ficción, que no quisieron perderse la ocasión de despedir al querido mayordomo de la ficción. Pero sin duda, el detalle más emotivo fue el dibujo que Maia, la hija mayor de María Castro, le regaló a Joaquín: una ilustración en la que aparecían el propio Rómulo y Pía, un recuerdo que seguro el actor guardará con mucho cariño.
“Qué placer, qué honor, qué orgullo… no solo haber compartido set otra vez, sino confidencias”, expresó María Castro en su mensaje. “Suerte la mía el poder decir… ‘¡ese caballero es mi amigo!’”, añadía emocionada. Sus palabras reflejan no solo la admiración por el profesional, sino el cariño auténtico por la persona que es Joaquín Climent. “Tu empatía es única y tu sabiduría de vida no tiene límites. (…) Te quiere la señora Adarre… y yo aún más”, concluyó la actriz, en referencia a su personaje y al vínculo que crearon también en la ficción.
Mientras tanto, la audiencia de La Promesa sigue afrontando los cambios en la serie, en un contexto donde la programación también ha sido modificada por la cobertura del Tour de Francia. La 1 de Televisión Española ha ajustado su parrilla para dar cabida a las etapas más importantes de la competición, lo que ha alterado el ritmo habitual de la serie. En esos días, la cadena opta por emitir capítulos dobles de Valle Salvaje, dejando momentáneamente en pausa las tramas de los marqueses de Luján.
A pesar de estos ajustes, la ficción de época mantiene el interés y la fidelidad de sus seguidores. Tras las recientes salidas de personajes tan relevantes como Jana, fallecida trágicamente, y Cruz, encarcelada por sus crímenes, la ausencia de Rómulo supone un nuevo vacío en la Casa Grande. Sin embargo, a diferencia de los otros desenlaces, el de Rómulo es dulce, esperanzador y cargado de humanidad.
Ahora, el actor Joaquín Climent puede disfrutar de un merecido descanso tras décadas de entrega al cine, la televisión y el teatro. Ha decidido jubilarse en un momento en el que goza de salud y tranquilidad económica, algo que no todos los artistas pueden permitirse. Y lo ha hecho eligiendo el momento y el modo, con la elegancia que siempre ha caracterizado su trayectoria profesional.
Para los fans de La Promesa, la figura de Rómulo permanecerá imborrable. Un personaje que no solo fue la brújula moral de la casa, sino también el protector de muchos, el hombre discreto que lo sabía todo y que, sin embargo, siempre mantuvo su lugar con dignidad. Su marcha es un adiós en la ficción, pero también una celebración en la vida real: la de un artista que se despide en plenitud, con el cariño de sus compañeros y el respeto del público que lo ha acompañado todos estos años.
Así, mientras el palacio de los Luján intenta recomponerse tras tantas pérdidas, los espectadores se quedan con la certeza de que Joaquín Climent, igual que Rómulo, ha decidido vivir su nueva etapa con el sosiego de quien sabe que ha hecho bien las cosas.