En La Promesa, el regreso de Lope al palacio ha traído consigo un cúmulo de emociones, aunque pocas respuestas concretas. Después de haber pasado varios días en el palacio de los duques de Carril con la intención de investigar los orígenes y la verdadera identidad del padre de Vera, el cocinero vuelve sin demasiados avances, pero sí con una pieza clave de información que agita por completo la tranquilidad en el palacio: la visita del conde de la Mata al joyero Llop y su paso por la casa de los duques. Este dato, aparentemente irrelevante para muchos, enciende todas las alarmas en Curro, que no tarda en atar cabos y reafirmar sus sospechas de que don Lorenzo es el verdadero artífice del intento de asesinato que sufrió y que, además, fue quien suministró el veneno que terminó con la vida de Jana.
El último episodio de la semana en La Promesa nos dejó en un punto de máxima tensión, con el corazón en un puño y a un Curro al borde de cometer una auténtica locura. La venganza y la rabia contenida desde la muerte de su hermana amenazan con estallar, y el lacayo está decidido a no dejar las cosas impunes. Pero ¿qué ha provocado exactamente este torbellino de emociones en Curro? Lope, tras reencontrarse con él en el palacio, le cuenta que vio a Lorenzo visitar al duque de Carril. Este simple dato descompone por completo al joven, que de inmediato conecta las piezas que faltaban en el puzle de la conspiración.
Lope explica que, aunque no pudo escuchar de qué hablaron el capitán y el duque, sí recuerda que, en el pasado, doña Amalia le mencionó que Lorenzo tenía especial interés en los negocios del noble. Ni la madre de Vera ni el propio cocinero sabían a qué se debía ese interés, pero la coincidencia no pasó desapercibida. Además, Lope recuerda que el duque mandó llamar a don Gonzalo justo cuando el conde estaba en la estancia, evitando así que su presencia fuese descubierta.
Aunque Lope se disculpa con su amigo por no haber conseguido pruebas concluyentes, para Curro la información que trae es suficiente para reforzar su hipótesis: el duque de Carril quemó el famoso cuaderno tras la visita del capitán, precisamente después de la desaparición de Esmeralda. Para Curro, la deducción es clara: Lorenzo fue a exigirle explicaciones al duque y, para protegerse, este eliminó cualquier rastro que pudiera incriminarlo. Con cada nueva pista, Curro va dibujando el escenario de la traición: el capitán contrató a Basilio a través del duque; Lorenzo quiso matarme, sentencia con la rabia contenida por tanto tiempo.
Esta convicción no solo remueve el pasado doloroso de Curro, sino que también reabre las heridas relacionadas con Jana. Cuando comparte sus conclusiones con doña Pía, el lacayo va más allá y señala directamente a Lorenzo como el responsable no solo del intento de asesinato en su contra, sino también de la muerte de su hermana. “Está claro que quería borrar cualquier huella de sus crímenes”, asegura, incluyendo el asesinato del doctor Gamarra, otro posible testigo incómodo que el capitán necesitaba silenciar.
Doña Pía no puede evitar mostrar su preocupación ante semejantes acusaciones, pero Curro no está dispuesto a callar ni a vivir con miedo. “Ojalá venga a por mí, porque estoy deseando preguntarle a la cara por qué mató a mi hermana”, exclama con una mezcla de rabia, dolor y ansias de justicia. El joven no quiere más secretos, está decidido a enfrentarse a quien sea necesario para que la verdad salga a la luz.
La situación se vuelve aún más tensa cuando don Lorenzo manda llamar a Curro para encomendarle una tarea. Ese simple gesto reaviva en el lacayo el recuerdo del día en que el capitán intentó agredir a Jana antes de su muerte, un momento que él mismo logró impedir en el pasado. La rabia lo consume al recordar ese episodio, y el deseo de venganza se apodera de él. Impulsado por la furia, Curro coge uno de los jarrones que adorna la sala, con la firme intención de golpear al conde de la Mata en cuanto lo vea. La escena está cargada de tensión: ¿será capaz de contenerse o cruzará la línea, enfrentándose directamente a Lorenzo?
La venganza está más cerca que nunca, pero las consecuencias de un acto tan impulsivo podrían ser desastrosas para todos en La Promesa. Curro está en una encrucijada: actuar por impulso y arriesgarlo todo o mantener la calma para desenmascarar a Lorenzo con pruebas y dejar que la justicia, si es que llega en algún momento, haga su trabajo. Los próximos capítulos prometen emociones intensas y respuestas a las grandes incógnitas que rodean la muerte de Jana y los secretos del pasado.
Mientras tanto, el ambiente en el palacio se enrarece. La sombra de Lorenzo se cierne sobre todos, y sus movimientos cada vez son más sospechosos. Aunque muchos lo ven como un hombre de poder y posición, algunos, como Curro, saben que detrás de su fachada se esconde un hombre peligroso, capaz de todo por proteger sus intereses y ocultar sus crímenes.
Lope, por su parte, aunque no haya traído pruebas irrefutables, se convierte en un aliado indispensable para Curro. Su lealtad y su valentía lo mantienen al lado de su amigo, dispuesto a seguir investigando y a no dejar que Lorenzo siga actuando con total impunidad.
En definitiva, La Promesa sigue manteniendo el suspense en lo más alto, y cada episodio acerca a los espectadores a la verdad oculta tras tantos crímenes y traiciones. ¿Podrá Curro controlar su sed de venganza? ¿Lograrán desenmascarar finalmente a Lorenzo? ¿O el capitán volverá a salirse con la suya, eliminando a quienes se interponen en su camino?
No te pierdas los próximos episodios de La Promesa en Antena 3, donde cada tarde el drama, el misterio y la pasión se entrelazan en un relato que no deja a nadie indiferente.