Sueños de libertad: la inminente muerte de Don Pedro Carpena desata una tormenta de poder, secretos y viejas heridas
Este viernes 8 de agosto, Sueños de libertad confirma el peor de los presagios: Don Pedro Carpena, interpretado magistralmente por Juanjo Puigcorbé, está a las puertas de la muerte. Desde hace días, el presidente de Perfumerías de la Reina mostraba signos evidentes de que algo no iba bien: pérdida de apetito, un dolor agudo en el abdomen y una evidente debilidad física que terminó llevándolo al despacho de la doctora Borell (Carolina Lapausa).
Ya en el episodio 365, emitido el pasado 5 de agosto, Don Pedro confesó a Luz que llevaba un año sabiendo que tenía un tumor en el páncreas. Lo más impactante es que rechazó cualquier tratamiento. La doctora le insistió en que fuera honesto con Digna y con su hermana Irene (Ana Labordeta), pero él se mostró inflexible: su enfermedad debía permanecer en secreto.
Un diagnóstico sin esperanza
En el capítulo 368, la realidad golpea con fuerza. La doctora Borell confirma lo que todos temían y además añade un pronóstico devastador: el cáncer está muy avanzado, con metástasis, y le queda muy poco tiempo de vida.
“Es mi vida, y yo decido cuándo contarlo”, sentencia Pedro, intentando aferrarse al control de la situación. Luz, sin embargo, no se calla: “Si las quieres, deberías darles la oportunidad de acompañarte en este trance tan duro”. Pero Pedro, obstinado, asegura que solo quiere evitarles sufrimiento.
Con esta revelación, la serie se prepara para despedir al que ha sido uno de sus grandes antagonistas. Tras la muerte de Jesús de la Reina (Alain Hernández), Carpena se consolidó como el villano principal, y su desaparición deja un vacío que inevitablemente será ocupado por otros.
Un trono vacante en Perfumerías de la Reina
La muerte de Pedro no solo será una tragedia personal, sino que encenderá una nueva guerra por el poder en la empresa. Aunque su presidencia era, en teoría, temporal, nunca dio señales de querer ceder su puesto a Joaquín Merino (Javier Beltrán). Ahora, la gran incógnita es: ¿quién será el sucesor?
Los nombres que suenan con más fuerza son Joaquín y Marta de la Reina (Marta Belmonte). En condiciones normales, los De la Reina y los Merino deberían respetar acuerdos previos, pero la sombra de Damián (Nancho Novo) planea sobre la situación. Con su historial de maniobras turbias, nadie descarta que intente manipular la elección para beneficio propio.
Los accionistas, clave en la batalla
La decisión final recaerá en los accionistas, y aquí entran en juego dos figuras impredecibles: Tasio (José Milán) y María (Roser Tapias). Tasio, hijo ilegítimo de Damián, ha demostrado en el pasado su apoyo a los Merino, pero no es seguro que repita lealtad en un nuevo enfrentamiento.
En cuanto a María, la situación es más incierta. Viendo que perderá a uno de sus mayores aliados —Pedro fue clave para salvar su matrimonio con Andrés (Dani Tatay)—, podría pensarse que su posición quedará debilitada. Sin embargo, su alianza actual con Gabriel (Oriol Tarrasón) le garantiza un poder considerable y una dirección clara: mantenerse en el centro de la estrategia del nuevo villano.
Gabriel, el heredero de la maldad
Con Pedro fuera del tablero, Gabriel se perfila como el antagonista absoluto. Bajo una fachada de cordialidad y buenas intenciones, oculta un deseo ardiente de venganza y un plan para arruinar a la familia De la Reina. Su relación con Begoña (Natalia Sánchez) avanza rápidamente, ganándose su confianza mientras manipula a su entorno.
El personaje de Oriol Tarrasón es un “lobo con piel de cordero” que podría heredar la posición de poder que deja Carpena, y Damián podría ser clave en ese ascenso. El público lo sabe: darle más poder a Gabriel es como dejar al zorro cuidando el gallinero, pero dentro de la trama muchos siguen creyendo en su bondad, excepto Andrés, que ya lo tiene más que calado.
La sombra del pasado: el regreso de José Gutiérrez
La inminente muerte de Pedro también reactiva una historia del pasado. José Gutiérrez (Ángel Pardo), padre biológico de Cristina (Sara Sanz), vive en Toledo como portero del edificio donde ella reside con sus padres adoptivos. Para Irene, la aparición de José es un golpe emocional, pues representa un capítulo que creía cerrado.
Damián, siempre dispuesto a mover piezas peligrosas, ha sido quien lo ha convocado, arriesgando su relación con Irene. José, por su parte, lo tiene claro: cuando Pedro muera, contará a Cristina toda la verdad sobre su origen.
Triángulos y reencuentros
La muerte de Pedro abrirá un abanico de posibilidades narrativas. Damián podría intentar reconquistar a Digna, mientras Irene se enfrentará al regreso del gran amor de su juventud. Estas historias prometen entrelazar viejas heridas con nuevas pasiones, generando un clima de tensión tanto emocional como política.
El regreso de José no solo remueve el pasado de Irene, sino que también amenaza con crear un triángulo amoroso en el que las lealtades se verán puestas a prueba.
Un nuevo tablero de juego
Con la salida de Pedro Carpena, Sueños de libertad entra en una etapa crucial. El vacío de poder en Perfumerías de la Reina será el centro de intrigas, traiciones y alianzas inesperadas. Cada personaje tendrá que tomar partido, y cada decisión podría alterar el equilibrio de fuerzas.
Los guionistas demuestran, una vez más, su habilidad para cerrar tramas mientras siembran otras nuevas que atrapan al espectador. Entre el drama empresarial, los conflictos familiares y las cuentas pendientes del pasado, el futuro de la serie promete ser tan intenso como impredecible.
La pregunta que queda flotando es:
- ¿Quién heredará el trono de Perfumerías de la Reina?
- ¿Hasta dónde llegará Gabriel en su camino hacia la cima?
- ¿Revelará José su verdad a Cristina, cambiando para siempre su vida?
- ¿Podrá Irene soportar el peso de viejos amores y nuevas lealtades?
Lo único seguro es que la inminente muerte de Don Pedro Carpena no será el final, sino el inicio de una nueva y peligrosa partida.