A punto de comenzar unas merecidas vacaciones de verano, Natalia Sánchez hace un alto en el camino para reflexionar sobre una temporada que ha sido intensa, emocionante y llena de aprendizajes. La actriz, que se ganó el cariño del público desde niña gracias a su papel en Los Serrano, vive hoy uno de los momentos más dulces de su carrera. Su trabajo como protagonista de Sueños de libertad —la serie diaria más vista de la televisión desde su estreno hace un año y medio en Antena 3— le ha permitido consolidarse como una de las intérpretes más queridas y respetadas del panorama nacional.

Pero la felicidad de Natalia no se limita a lo profesional. En lo personal, disfruta de una familia sólida y amorosa junto a su pareja, el también actor Marc Clotet, y sus dos hijos. Sin embargo, no todo ha sido fácil: compaginar un rodaje diario con las responsabilidades de la maternidad ha requerido organización milimétrica, madrugones y, sobre todo, una gran dosis de compromiso.

Balance de un año intenso

Cuando se le pregunta por el resumen de esta temporada, Natalia no duda: “Más que positivo. No solo porque la serie haya funcionado de maravilla en audiencias, sino porque el equipo se ha convertido en una verdadera familia. Hemos terminado la temporada a contrarreloj, cerrando tramas y grabando sin parar, pero el esfuerzo ha merecido la pena. Sueños de libertad es un regalo en mi vida.”

Aunque la serie no se detiene en emisión, el equipo tendrá un parón de casi cuatro meses. Natalia lo tiene claro: dedicará ese tiempo a descansar y estar con los suyos. “Mi plan es simple: familia, descanso y cargar pilas para volver con más fuerza en la próxima temporada”, comenta entre risas.

La conciliación: un reto diario

La actriz reconoce que su rutina es exigente. “Los fines de semana me levanto a las cinco de la mañana para estudiar antes de que despierten los niños. Marc se encarga de ellos un rato para que yo pueda concentrarme. Entre semana, hago lo mismo: madrugo para repasar guiones, organizarme y avanzar con todo lo que no puedo hacer cuando empieza la jornada.”

El rodaje suele prolongarse hasta media tarde, y después todavía le espera la preparación del día siguiente. “Es un doble esfuerzo, por el trabajo y por la maternidad. Pero tengo la suerte de que Marc es mi otra mitad. Nos dividimos las tareas según quién tenga más tiempo libre. No se trata de que él me ‘ayude’, sino de compartir la responsabilidad. Hacemos planificaciones semanales, mensuales y hasta trimestrales.”

Natalia bromea con que se ha convertido en una experta en exprimir las horas: “Cuando tienes muchas cosas que hacer, no procrastinas. Antes de una secuencia puedo estar haciendo la compra online o escribiendo a la tutora de mi hija. Es un equilibrio constante.”

El peso de ser protagonista

Desde el principio, Sueños de libertad tuvo un desafío importante: recoger el testigo de Amar es para siempre, una serie histórica para la audiencia. Natalia sintió esa presión. “Soy muy exigente y perfeccionista. La audiencia de Amar merecía algo nuevo, pero que enseguida se sintiera como en casa. Creo que lo hemos conseguido. Los guiones mantienen la tensión y nosotros mismos estamos enganchados a las tramas. Muchas veces subimos a la oficina para que nos cuenten qué va a pasar.”

Su personaje, Begoña, ha experimentado una evolución significativa: “Ha aprendido a priorizarse, aunque vive en una época con muchas limitaciones para las mujeres. Cada paso que da lo mide cuidadosamente, pero parece que está a punto de entrar en una etapa maravillosa… aunque no puedo adelantar más”, dice con una sonrisa cómplice.

Relaciones dentro y fuera del set

En la ficción, Begoña se enfrenta a María, interpretada por Roser Tapias, pero en la vida real la relación es totalmente opuesta. “Somos amigas, nos ayudamos mucho y esa complicidad se nota cuando grabamos. También con Dani Tatay, mi pareja en la serie: lo veo más que a mi propia familia y es un compañero extraordinario, con un corazón enorme.”

El buen ambiente del equipo se refleja en reuniones fuera del set, aunque Natalia no siempre puede sumarse. “Mi familia me necesita y yo los necesito a ellos, pero cuando puedo, me uno encantada.”

La marcha reciente de Alain Hernández, quien dejó la serie para estar más cerca de su familia en Barcelona, ha sido un golpe para Natalia: “Lo echo mucho de menos. Me habría encantado que trajera a su familia a Madrid, pero entiendo su decisión. Seguimos hablando cada semana y seguro que coincidimos en otros proyectos.”

El papel de la familia y los hijos

Para Natalia, sus hijos son una fuente constante de motivación. Han visitado el set en alguna ocasión y la experiencia les encantó: “Quieren volver. Me gusta que puedan ver de cerca mi trabajo y entender que, aunque no esté en casa, estoy haciendo algo que me apasiona.”

La actriz reconoce que, conociendo que en octubre retomarán el rodaje, prefiere no embarcarse en nuevos trabajos durante el descanso. “Si surge un proyecto bonito siempre apetece, pero ahora quiero priorizar a mi familia y disfrutar de este tiempo.”

Madrugones y disciplina

Natalia se ha convertido en un ejemplo de organización y disciplina. Sus madrugones a las cinco de la mañana no son algo esporádico, sino una rutina establecida. “Es el momento del día en el que puedo estar tranquila, sin interrupciones. Así puedo repasar, planificar y tener todo en orden antes de que empiece el movimiento.”

Ese esfuerzo diario, unido a su dedicación en el set, ha dado sus frutos: Sueños de libertad no solo ha conquistado al público, sino que ha reforzado la confianza de Natalia en su capacidad para afrontar retos profesionales y personales de gran envergadura.

Un merecido descanso

Con todo lo vivido, las vacaciones se presentan como un respiro necesario. Natalia las imagina llenas de momentos sencillos: desayunos sin prisa, juegos con sus hijos, paseos y charlas tranquilas con Marc. “A veces no hace falta un gran viaje para descansar de verdad. Lo importante es estar presente y disfrutar del ahora.”

En un año marcado por la exigencia, la responsabilidad y el trabajo duro, Natalia Sánchez demuestra que el éxito no se mide solo en índices de audiencia, sino también en la capacidad de mantener el equilibrio entre la vida personal y la profesional. Su historia es la de una mujer que, sin perder la pasión por su oficio, ha aprendido a valorar el tiempo, a priorizar lo esencial y a encontrar felicidad en lo cotidiano.

Y mientras se prepara para regresar con energía renovada en la próxima temporada, el público seguirá disfrutando de Begoña y de las historias de Sueños de libertad, una serie que, al igual que su protagonista, combina fuerza, ternura y una gran capacidad de resistencia.