La Promesa, capítulo 617: Curro y Pía, decididos a desenmascarar al asesino de Jana

El ambiente en La Promesa está cargado de tensión, emoción y decisiones trascendentales. La búsqueda del asesino de Jana ha dado un giro crucial, y ahora Curro y Pía están más decididos que nunca a descubrir la verdad. La memoria de Jana sigue viva en el corazón de todos, pero especialmente en Curro, quien se ha convertido en el principal motor de una investigación que podría llegar, al fin, a una conclusión.

Curro ha comprendido que todas las piezas del rompecabezas apuntan a una sola persona: Esmeralda. Ella parece guardar las claves necesarias para entender lo que ocurrió realmente con Jana. Sin embargo, obtener información de ella no será tarea fácil. La mujer ha demostrado ser reservada, escurridiza y muy hábil para desviar la atención. Aun así, el joven no está dispuesto a rendirse.

El juramento que hizo a Jana, de no dejar su muerte impune, lo guía con firmeza. Su instinto le dice que la verdad está cerca, al alcance de la mano, y que si logra hacer hablar a Esmeralda, podrá finalmente cerrar ese doloroso capítulo. Para lograrlo, él y Lope idean un plan que podría permitirles interrogarla sin levantar sospechas: traerla a La Promesa. Es una maniobra arriesgada, como bien les advierte Pía, pero el deseo de justicia es más fuerte que el miedo al fracaso.

Pía, por su parte, se muestra cautelosa, pero también comprometida. Sabe lo peligroso que puede resultar enfrentarse a los secretos que envuelven el pasado del palacio, y más aún remover el dolor por la pérdida de Jana. Aun así, apoya a Curro y Lope en su propósito, reconociendo que la verdad debe salir a la luz, aunque duela.

Mientras la intriga avanza por un lado, otra historia emocional se abre paso con fuerza: la del mayordomo Rómulo, quien ha tomado una decisión que cambiará su vida y la dinámica del palacio. Tras reencontrarse con Emilia, su gran amor, Rómulo se da cuenta de que ya no quiere seguir atado a las rutinas de La Promesa, ni a las constantes intrigas de la nobleza. Anhela una vida serena, tranquila, junto a la mujer que ama, lejos del bullicio del servicio y de las obligaciones que durante años ha cumplido con lealtad.

Rómulo no oculta más su determinación. Comparte con sus más allegados el deseo de marcharse, de empezar una nueva etapa, dejando atrás las paredes del palacio. Su gesto, aunque esperado por algunos, conmociona al entorno, que siempre lo ha visto como una figura firme e inamovible. Pero el mayordomo tiene claro que ha llegado el momento de pensar en él mismo.

En contraste con esta búsqueda de paz, Ángela se enfrenta a un conflicto de carácter más feroz. Desafiando la autoridad de Leocadia, se niega rotundamente a abandonar los jardines del palacio. Se mantiene firme, plantada con sus maletas bajo los árboles, decidida a no regresar ni un paso atrás mientras su madre insista en desterrarla. Ni los ruegos ni las presiones parecen afectarla.

El resto de los habitantes de La Promesa observa, atónito, la escena. La actitud de Ángela es una mezcla de rebeldía y dignidad. Asegura que ha aprendido a valerse por sí sola, sin ayuda de nadie, y que no necesita ni quiere la compasión de una madre ausente durante años. Leocadia, que parece no saber cómo manejar esta confrontación, se encuentra con una hija decidida a reclamar el lugar que le corresponde, sin miedo a las consecuencias.

Al margen de estas tramas personales, también se desarrollan nuevas tensiones entre los personajes nobles del palacio. Lisandro se muestra perplejo ante la indecisión de Adriano, quien sigue sin comprender el significado exacto del “regalo misterioso” que el duque le ofreció. Lisandro esperaba una respuesta clara y firme, pero Adriano, atrapado en su confusión, no logra decidir qué camino tomar.

En otro rincón del palacio, Pía y Ricardo comentan el sorprendente acto de Samuel, quien ha decidido entregarse al obispado y confesar la situación con Petra. La noticia toma por sorpresa a todos, aunque María Fernández confirma que, en efecto, fue él quien envió la carta que dio pie a todo el escándalo. Este acto de honestidad podría cambiar la percepción que muchos tienen sobre Samuel.

Por su parte, Alonso sigue intentando convencer a Catalina para que acepte el título ofrecido por el duque. Sin embargo, Catalina mantiene su postura firme: ni ella ni Adriano desean formar parte de la nobleza ni ostentar un título que no sienten como propio. La identidad, la libertad de elección y la autenticidad son más importantes para ellos que cualquier rango.

De vuelta al núcleo del misterio que envuelve a Jana, Curro y Lope coinciden en que la única opción para llegar al fondo de la verdad es traer a Esmeralda al palacio. El ambiente es cada vez más denso, cada conversación más tensa, y la sensación de que algo está a punto de estallar se respira en el aire.

Pía, aunque prudente, no puede evitar sentirse involucrada. La muerte de Jana dejó una herida profunda en todos, pero también sembró una semilla de lucha por la verdad. Esta búsqueda compartida, que une a criados y nobles, refleja cómo el dolor y la memoria pueden romper barreras y unir destinos.

Este nuevo episodio de La Promesa promete ser clave en el desarrollo de la trama. Con decisiones valientes, conflictos familiares, secretos revelados y una investigación que podría cambiarlo todo, el capítulo 617 se perfila como uno de los más intensos hasta ahora.

¿Logrará Curro hacer hablar a Esmeralda? ¿Permitirá Leocadia que Ángela se quede? ¿Cumplirá Rómulo su sueño de marcharse con Emilia? ¿Se romperá finalmente el silencio que rodea la muerte de Jana?

Cada personaje parece enfrentarse a un punto de no retorno, y las consecuencias de sus elecciones marcarán profundamente el futuro de La Promesa.