En un nuevo giro de los eventos en Sueños de Libertad, las tensiones familiares se intensifican cuando Andrés confronta a su tía Digna sobre su decisión de casarse con Pedro. La conversación, cargada de emociones y resentimientos acumulados, pone en evidencia las profundas diferencias de opinión entre ambos personajes, especialmente en cuanto a la confianza y las intenciones de Pedro.
La escena comienza con Andrés expresando, con frustración y dolor, su sentir acerca de la relación de Digna con Pedro. Le recuerda a su tía que, en el pasado, Pedro intentó de forma injusta retenerlo en prisión, acusándolo erróneamente de la muerte de Mateo. Andrés, aún marcado por ese episodio traumático, subraya cómo Pedro actuó por la necesidad de encontrar un chivo expiatorio, alguien a quien culpar por lo sucedido, en lugar de asumir la responsabilidad de lo que había ocurrido. Aunque Digna intenta restarle importancia a la situación, Andrés no puede evitar hacer la comparación, señalando que lo que sucedió con Mateo es, en cierto modo, similar a lo que ahora está ocurriendo con ella y Pedro.
Sin embargo, Digna no parece comprender completamente la magnitud de lo que Andrés está tratando de transmitirle. A pesar de sus intentos por defender a Pedro, Andrés no se retracta. Le deja claro que, para él, el perdón de Pedro no tiene valor; lo ve como un gesto vacío, realizado solo para ganar su favor, sin un arrepentimiento real. Esta postura alimenta aún más la tensión entre los dos, con Digna visiblemente herida por las palabras de su sobrino, aunque trata de mantener la compostura.
En un momento de vulnerabilidad, Digna responde con dolor, reconociendo que lo que Andrés dice le duele profundamente, pero insistiendo en que tiene razones para creer en Pedro y en su arrepentimiento. A pesar de sus esfuerzos por que Andrés vea las cosas desde su perspectiva, él se muestra inflexible y le recuerda que, en su opinión, Pedro no es una buena persona. Es un juicio que Andrés no está dispuesto a suavizar, ya que sus experiencias pasadas con él han dejado cicatrices profundas.
La conversación toma un giro aún más tenso cuando Digna, visiblemente molesta, le pide a Andrés que deje de juzgarla y, en lugar de criticar sus decisiones, le ofrezca comprensión y apoyo. Le pide que se alegre por ella, pero Andrés, atrapado en su propio resentimiento, no puede hacer más que reafirmar su desconfianza hacia Pedro. En este intercambio, la distancia emocional entre ambos se hace evidente, y Andrés, incapaz de esconder su frustración, deja claro que su rencor hacia Pedro no le permitirá ver más allá de sus prejuicios.
A lo largo de esta conversación, Sueños de Libertad profundiza en las complejidades de las relaciones familiares, donde las decisiones personales, el pasado y las heridas no sanadas se interponen entre los personajes, creando un ambiente de conflicto y desconfianza. La escena subraya cómo, a pesar de los esfuerzos de Digna por justificar su relación con Pedro, Andrés sigue siendo escéptico y no está dispuesto a aceptar lo que él considera una mala elección para su tía.
Este capítulo refleja no solo el desgarrador impacto de las decisiones pasadas de los personajes, sino también el difícil camino hacia la reconciliación en una familia marcada por el dolor, la traición y las heridas emocionales. A medida que los personajes enfrentan sus propios demonios, la tensión entre ellos se convierte en un reflejo de las luchas internas que los definen, mientras Sueños de Libertad continúa explorando las profundas conexiones familiares y los dilemas morales que afectan a cada uno de sus miembros.