La Promesa ha regresado una vez más a las pantallas de La 1 de Televisión Española con un episodio cargado de giros, secretos y emociones que mantienen a los espectadores al borde del asiento. Lo que en apariencia iba a ser un capítulo tranquilo se convierte rápidamente en un desfile de intrigas, traiciones y revelaciones inesperadas. El universo del palacio de los Luján nunca deja de sorprender, y en esta nueva entrega se demuestra, una vez más, que la vida de sus habitantes está marcada por el amor, la ambición y los secretos imposibles de esconder.
Petra, el sostén silencioso de Pía
La primera gran sorpresa del episodio llega con Petra, siempre observadora y fiel a las dinámicas internas de la servidumbre. La ama de llaves se convierte en un apoyo inesperado para Pía, cuando ésta es descubierta por Cristóbal husmeando en su despacho. La situación pudo haberse tornado un verdadero escándalo, pero Petra interviene con astucia para salvar a su compañera. Sin embargo, la intervención no la libra del todo: Pía tendrá que dar explicaciones ante la propia Petra, que no deja pasar la oportunidad de recordarle que en la Promesa nada pasa desapercibido y que cada acto tiene consecuencias.
Este instante refleja uno de los ejes más fascinantes de la trama: el delicado equilibrio entre las alianzas y las rivalidades entre criados. Aunque muchas veces los conflictos giran en torno a los señores, son las relaciones de los trabajadores las que sostienen buena parte de las tensiones dramáticas de la serie.
Vera y Teresa, arriesgando más de la cuenta
En paralelo, Vera y Teresa deciden cruzar un límite peligroso: se cuelan en la biblioteca para utilizar el teléfono, un privilegio reservado estrictamente para la familia. Su objetivo no es menor: contactar a la duquesa de Carril. Este acto, aparentemente sencillo, es en realidad un movimiento arriesgado que podría tener consecuencias graves si alguien del servicio o, peor aún, alguno de los marqueses descubre su intromisión. La biblioteca, santuario del conocimiento y del poder de los Luján, se convierte en un escenario cargado de tensión. ¿Qué mensaje llevan para la duquesa? ¿Y qué precio estarán dispuestas a pagar si son descubiertas?
Curro, atrapado entre el dolor y la venganza
El capítulo también ahonda en la evolución de Curro, uno de los personajes más complejos y desgarrados de la trama. Su obsesión por vengar la muerte de su hermana lo ha llevado a un estado de permanente conflicto interno. Aunque su corazón clama justicia, la realidad le demuestra que el camino de la venganza es mucho más difícil y doloroso de lo que imaginaba. Este episodio muestra a un Curro más humano, debilitado por la rabia, pero también consciente de que cada paso que da hacia la venganza lo aleja de quienes lo quieren y lo apoyan. La serie logra transmitir la crudeza de un dilema universal: ¿vale la pena sacrificarlo todo por la justicia personal?
El secreto de Cristóbal y Ángela
Una de las revelaciones más impactantes del capítulo llega con Cristóbal. Su comportamiento errático y las circunstancias extrañas en las que se cruza repetidamente con Ángela despiertan sospechas en todos. Y cuando finalmente se descubre la verdad, la sorpresa es mayúscula: Cristóbal y la señora de Figueroa son amantes. Este romance clandestino desata un terremoto en la dinámica del palacio, pues no solo implica un escándalo moral, sino que amenaza con destruir la reputación de Ángela y poner en jaque la estabilidad de la servidumbre.
La trama vuelve a insistir en una de las constantes de La Promesa: los amores prohibidos, que funcionan como motor narrativo y como reflejo de una época en la que las apariencias lo eran todo, y donde cada desliz sentimental podía convertirse en una tragedia.
Avance del capítulo 660
El episodio cierra con un avance que promete aún más emociones en el próximo capítulo, el número 660.
Martina, al borde de marcharse
Curro confiesa a Catalina que Martina está decidida a abandonar La Promesa. Esta revelación sacude a la joven, pues la marcha de Martina no solo sería una pérdida personal, sino también una sacudida para el equilibrio de la casa. Además, Curro toma otra decisión clave: pide a Petra que evite a toda costa que lo envíen al cuarto de Lorenzo, demostrando que hay heridas abiertas que todavía le resulta imposible afrontar.
Toño y el peso de la culpa
Mientras tanto, Toño se siente cada vez más culpable por haber permitido que Leocadia se involucrara en los negocios de Manuel. Lo que parecía un simple gesto de confianza se transforma en un error que puede costarle caro, pues las ambiciones de Leocadia están muy lejos de ser inocentes. La serie continúa explorando el peligro de las decisiones precipitadas y cómo cada acto de confianza puede convertirse en una trampa mortal.
Federico, Santos y el amor prohibido
En otro frente, Federico desea visitar a su hermana, pero todo indica que no es lo más conveniente. Su insistencia podría desatar un conflicto que ponga en riesgo la paz que tanto anhela. Por otro lado, Santos se convierte en un elemento clave de la intriga: él sabe demasiado, y si es interrogado por Ballesteros, no tendrá reparo en revelar el romance entre su padre y Pía.
Y como si fuera poco, el propio Ballesteros se convierte en testigo directo de un encuentro apasionado entre Pía y Pellicer. El amorío, cada vez más evidente, coloca a Pía en una encrucijada: seguir ocultando su relación y arriesgarse a perderlo todo o aceptar la propuesta de Pellicer de huir juntos y comenzar una nueva vida lejos de las cadenas del palacio.
Una serie que no da respiro
Con este episodio y el avance del siguiente, queda claro que La Promesa no baja el ritmo. Cada personaje carga con sus propios dilemas, secretos y pasiones, y todos están conectados en una red de intrigas donde cada decisión puede ser el inicio de una catástrofe.
El capítulo demuestra una vez más por qué la ficción producida por Bambú se ha consolidado como una de las más seguidas de la televisión española: combina drama histórico, romances imposibles, venganzas personales y una tensión constante que deja al espectador deseando más.
✍️ Redacción inspirada en el estilo de La Vanguardia
Un medio fundado el 1 de febrero de 1881 en Barcelona por los hermanos Carlos y Bartolomé Godó Pié. Desde su reorganización en 1998 como un holding multimedia, el diario sigue siendo referente en el análisis cultural y televisivo, acompañando a los espectadores con crónicas de las series que marcan tendencia en España.