La semana en La Promesa culmina con un episodio cargado de revelaciones, decisiones cruciales y estrategias que podrían alterar el destino de varios personajes. Este viernes, los secretos ocultos salen a la luz, las lealtades se tambalean y la tensión llega a su punto máximo. Curro, Ángela, Leocadia, Lisandro y otros protagonistas se verán inmersos en situaciones que redefinirán sus próximos pasos en el palacio de los Luján.
Ángela, tras varios días resistiendo a la intemperie en los jardines del palacio, empieza a mostrar señales evidentes de agotamiento y enfermedad. Su decisión de permanecer fuera, como forma de protesta contra la imposición de su madre Leocadia, ha empezado a cobrar un precio alto en su salud. Su determinación es admirable, pero su cuerpo no puede resistir mucho más.
Leocadia, aunque acude a verla al notar su visible deterioro físico, no muestra la menor intención de ceder. Por el contrario, mantiene firme su propósito de enviarla de regreso a Zúrich, desoyendo las súplicas del entorno e ignorando las señales de alarma. La tensión entre madre e hija es insostenible, y ni siquiera la fragilidad de Ángela parece conmover a una Leocadia cada vez más férrea en sus decisiones.
Pero no está sola en su cruzada. Lorenzo, siempre oportunista y calculador, aprovecha la visita al jardín para acercarse a Leocadia y sugerirle un nuevo plan. En voz baja, le susurra una estrategia más agresiva, con la intención de doblegar la voluntad de Ángela de una vez por todas. No se conocen aún los detalles, pero todo indica que Lorenzo planea otro de sus habituales movimientos siniestros. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar estos dos personajes para mantener su control sobre el palacio?
Mientras tanto, Leocadia desvía su atención de los conflictos familiares y propone a don Lisandro organizar un gran festejo en La Promesa. El objetivo es claro: desviar la atención de los conflictos recientes y reafirmar el poder de la familia Luján ante la nobleza. La fiesta no solo pretende ser un evento social de alto perfil, sino una maniobra calculada para consolidar su dominio y distraer a todos de lo que realmente está ocurriendo entre bambalinas.
Por otro lado, se produce una conversación clave entre Alonso y Rómulo. Alarmado por los crecientes rumores sobre la posible marcha del mayordomo, Alonso decide enfrentarlo directamente. Rómulo, con la dignidad que lo caracteriza, no puede seguir ocultándolo: confirma que tiene la firme intención de abandonar el servicio en La Promesa. Esta confesión sacude a Alonso, quien no solo pierde a uno de sus hombres de confianza, sino también a una figura fundamental para el funcionamiento del palacio.
En medio de este contexto tenso y cambiante, Catalina y Adriano se convierten en el centro de atención. Tras días de reflexión y presiones por parte de Lisandro, la pareja anuncia finalmente su decisión sobre el condado ofrecido por el duque de Carvajal y Cifuentes. La respuesta desconcierta a todos los presentes y promete consecuencias que aún están por verse. ¿Aceptarán el título y las responsabilidades que implica, o preferirán preservar su libertad personal a costa del prestigio familiar?
La sorpresa más grande del episodio llega con el inesperado regreso de Esmeralda a La Promesa. Su reaparición reaviva la investigación que Curro y Lope llevan tiempo siguiendo, relacionada con la joyería Llop y el asesinato de Jana. En un momento clave, Esmeralda confiesa ante Curro su turbio pasado vinculado a la joyería, lo que deja más preguntas abiertas que respuestas. Sus palabras alimentan la sospecha de que detrás del negocio se esconde una figura más poderosa e inesperada de lo que todos creían.
La revelación definitiva no tarda en llegar: el verdadero propietario de la joyería Llop no es quien los protagonistas habían imaginado. El nombre que sale a la luz cambia completamente el rumbo de las pesquisas, introduciendo un nuevo enemigo en las sombras y una red de influencias que podría estar implicada en varios crímenes aún no resueltos. Para Curro y Lope, este descubrimiento supone un giro decisivo en su búsqueda de justicia, pero también los coloca en una posición de alto riesgo.
Al mismo tiempo, otro frente se abre en el palacio. Samuel, ahora plenamente integrado en las tareas del servicio, toma la iniciativa y se presenta ante Leocadia con una petición inesperada: le informa sobre el paradero de Petra y le ruega que la readmita en la casa. Este gesto de empatía revela la transformación de Samuel y su creciente preocupación por los lazos dentro del personal de servicio.
El capítulo concluye con una escena inquietante: Manuel y Toño, tras pasar la noche en el hangar, perciben una extraña presencia entre las sombras. Algo —o alguien— los acecha en la oscuridad, dejando en el aire una amenaza latente que podría materializarse en los próximos episodios.
En resumen, el episodio del viernes en La Promesa es un torbellino de revelaciones, despedidas, intrigas y decisiones que marcarán un antes y un después. Curro avanza peligrosamente hacia la verdad que esconde la joyería Llop, mientras la salud de Ángela pende de un hilo y las ambiciones de Leocadia y Lorenzo se expanden sin medida. Con nuevos secretos por descubrir y viejas heridas sin cerrar, el palacio de los Luján se convierte en un campo de batalla silencioso donde cada movimiento cuenta.