En el esperado capítulo 616 de La Promesa, que se emitirá el lunes 16 de junio, la tensión y los conflictos internos alcanzan nuevos niveles, especialmente con la expulsión forzada de Ángela, una decisión impulsada por Leocadia que promete desatar consecuencias inesperadas y abrir nuevas batallas en el palacio.
El episodio arranca con la propuesta de Lisandro a Adriano y Catalina de convertirse en condes, una oferta que en lugar de ser recibida con entusiasmo, deja a ambos profundamente desconcertados. Aunque desde fuera parece una oportunidad única para ascender socialmente, ni Adriano ni Catalina se sienten cómodos. Adriano, fiel a sus principios y valores, no responde con el agradecimiento que el duque esperaba, lo que deja a Lisandro decepcionado y genera incomodidad también en Alonso.
En privado, Adriano deja clara su oposición a aceptar el título, compartiéndolo con Jacobo, el prometido de Martina. Jacobo, sorprendido por la postura del joven, comienza a ver que las verdaderas motivaciones de Adriano están lejos de la ambición. Su humildad, su conexión con la tierra y su rechazo a entrar en el juego de títulos y privilegios lo definen completamente.
Ante esta situación, Leocadia no puede permanecer en silencio. Intenta una vez más abrirle los ojos a Lisandro, advirtiéndole del “peligro” que representa dar tanto poder a un campesino. Sin embargo, su intervención no tiene el efecto deseado. Lisandro reacciona con dureza, harto de la insistente resistencia de Leocadia a aceptar los cambios en la jerarquía del palacio.
Y en un giro decisivo, Leocadia finalmente logra ejecutar uno de sus planes más deseados: expulsar a Ángela de La Promesa. Usando el pretexto de que debe retomar sus estudios en Zúrich, la señora la aparta del palacio y, especialmente, de Curro, de quien Ángela se ha acercado peligrosamente. Lo que Leocadia no prevé es que Ángela no se va vencida. La joven tiene sus propios planes, una hoja de ruta personal con una visión clara: su marcha no es una retirada definitiva, sino parte de una estrategia para fortalecerse y volver con más determinación.
Mientras tanto, Manuel sigue adelante con sus propios asuntos. Responde por carta al posible comprador de los motores, aceptando su oferta y consolidando el negocio. Además, comparte con Simona su visita reciente al cementerio de Hann. En ese intercambio sincero, Simona también se abre con Manuel, revelando aspectos personales y detalles sobre su conversación con Toño, lo que fortalece la confianza entre ambos.
Por otro lado, María Fernández se enfrenta a su propia tormenta emocional. No puede olvidar el impacto que sus acciones han tenido en la vida de Samuel. Afligida por la culpa, presiona al sacerdote para que confiese públicamente todo lo que le ha revelado en privado. Quiere que todos conozcan la verdad, aunque el cura, con entereza, afirma que no cambiaría nada de lo que ha hecho, ni siquiera si pudiera hacerlo.
Mientras tanto, en una escena llena de ternura y determinación, Emilia comienza a asimilar con alegría la decisión de Rómulo de marcharse de La Promesa junto a ella. Esta elección representa un nuevo comienzo para ambos, aunque el mayordomo, siempre cauto, le pide a Emilia que mantenga la mayor discreción posible sobre sus planes. El amor florece, pero el miedo a represalias sigue latente en cada rincón del palacio.
En paralelo, el hallazgo de una planta muerta tras verter el contenido de un estuche sobre ella —un estuche que pertenecía a la pulsera envenenada—, confirma las sospechas más oscuras de Curro, Pía y el sargento López. El líquido, sin duda, es cianuro. Este descubrimiento los empuja a actuar con rapidez. Los tres comienzan a planear su regreso a la joyería, con el objetivo de seguir indagando y descubrir quién está detrás de este plan de envenenamiento que claramente no fue accidental.
Este lunes, los espectadores serán testigos de cómo la calma superficial en el palacio se desmorona con cada decisión tomada. La expulsión de Ángela no solo significa la victoria temporal de Leocadia, sino que también marca el comienzo de una futura revancha silenciosa, gestada por una joven decidida a no ser una simple ficha en el tablero.
El rechazo de Adriano al título de conde reafirma su postura como hombre íntegro, que prefiere la libertad y los principios a la fama y el poder. Esta negativa, sin embargo, genera roces en todas direcciones: entre nobles, criados y figuras de autoridad. La nobleza empieza a ver que el orden tradicional se tambalea.
Por su parte, las tramas secundarias se entrelazan con fuerza, desde el negocio de Manuel y sus conexiones emocionales, pasando por la angustia de María Fernández y la decisión de Rómulo, hasta llegar a la peligrosa investigación de un intento de asesinato que amenaza con desatar una guerra interna en el palacio.
El capítulo 616 de La Promesa promete ser un punto de inflexión, donde las decisiones personales afectan a toda la comunidad, y donde las tensiones entre tradición y cambio, entre poder y justicia, se hacen cada vez más palpables. Y mientras algunos se preparan para huir o comenzar de nuevo, otros están decididos a volver con más fuerza que nunca.
Lo que Leocadia cree una victoria definitiva, podría convertirse en el origen de su mayor derrota, porque en La Promesa, las apariencias engañan, y los silencios suelen esconder gritos de revolución.