La llegada de una nueva figura femenina a La Promesa marcará un antes y un después en la vida de Manuel. Este jueves 26 de junio, en el capítulo 624, los pasillos del palacio serán testigos de alianzas inesperadas, secretos ocultos y movimientos estratégicos que alterarán el equilibrio entre los personajes. La recepción en honor a las altas esferas reunirá a nobles, criados y figuras claves, y el ambiente estará cargado de tensión, miradas cruzadas y revelaciones inesperadas.
Todo comienza con la carta que Cruz envió a su hijo Manuel desde prisión, la misma que causó confusión y desasosiego en el joven marqués. Tras días de dudas y evasivas, Manuel finalmente decide leer el contenido. Sin embargo, oculta completamente su contenido ante su padre, Alonso. Niega haberla abierto y, con aplomo y frialdad, mantiene la mentira con convicción. Más tarde, en un gesto de desapego, decide deshacerse de la carta, como si así pudiera quemar con ella las emociones contenidas.
Mientras tanto, Alonso insiste una y otra vez en que Manuel lo acompañe a la gran recepción organizada en el palacio. Aunque el joven se muestra reacio y distante al principio, acaba cediendo ante la presión familiar. Su participación en el evento no es algo que le entusiasme, pero sabe que su presencia es esperada.
En paralelo, los preparativos para la velada continúan a toda velocidad. Adriano, nervioso y visiblemente inseguro, recibe los últimos ajustes en su atuendo por parte de Ricardo, aunque un comentario mordaz de Lisandro lo desestabiliza aún más. La tensión que se respira entre los nobles contrasta con la intensidad de la actividad en las cocinas y salones de servicio.
Es Rómulo, el mayordomo de confianza, quien se encarga de arengar a su equipo de servicio momentos antes del evento. En un emotivo discurso, les recuerda que el éxito de la noche depende del trabajo conjunto y de su compromiso con la excelencia. También revela que este evento es simbólico para él, ya que podría ser uno de los últimos grandes actos bajo su dirección. Sus palabras emocionan a todos, excepto a Petra, quien sigue manteniendo una actitud arisca y negativa. Sus compañeras, Teresa y Emilia, tratan de suavizar su resistencia y de apelar a su sentido del deber, pero la frialdad de Petra no cede fácilmente.
En el corazón del evento, Manuel hace su entrada y no pasa desapercibido. Varias damas, intrigadas por su figura y su título, se acercan a él con actitudes coquetas y sugerentes. A pesar de los halagos y atenciones, él se muestra incómodo y trata de evadir los avances con cortesía. Sin embargo, hay una joven que logra romper esa barrera: Enora. A diferencia de las demás, no se limita a palabras bonitas. Enora se acerca y, tras unas frases de cortesía, le susurra a Manuel un secreto relacionado con el negocio de los motores, un asunto que le interesa profundamente al joven marqués. El contenido de ese susurro lo deja sin palabras y marca el inicio de un vínculo inesperado entre ambos.
En paralelo, en las sombras del palacio, se desarrollan otras tramas que prometen impacto. Vera, después de muchas dudas, acepta colaborar con López en su arriesgado plan para infiltrarse en la residencia de los duques de Carril. Juntos elaboran una coartada convincente para justificar la salida del palacio. Vera consigue incluso el consentimiento de su madre, quien cree que irá a visitarla. El plan se pone en marcha, pero cualquier error podría ser fatal.
Al mismo tiempo, el temor de Curro por lo que pudiera pasar con Ángela se hace realidad. La joven es víctima de un acoso constante por parte de los compañeros de Lorenzo, quienes la rodean con malas intenciones durante la recepción. Sin embargo, Ángela no se deja intimidar. En un acto de valentía, se enfrenta con determinación a uno de los marqueses invitados, ganándose el respeto de quienes presencian la escena. Esta confrontación no solo representa un punto de inflexión en su lucha personal, sino que también provoca un nuevo acercamiento emocional entre ella y Curro, quienes comparten más que un simple cariño adolescente.
De vuelta al evento principal, las tensiones siguen acumulándose. Los movimientos entre las damas y los nobles, los rumores que circulan por los pasillos y las miradas furtivas no hacen más que anticipar que algo importante está por suceder. La presencia de Enora despierta sospechas en algunos y curiosidad en otros. ¿Qué intenciones tiene realmente? ¿Cuál es su relación con el mundo de los motores? ¿Qué sabe que puede interesar tanto a Manuel?
Y mientras las luces del salón iluminan los rostros de los invitados, en los rincones oscuros del palacio se siguen tramando conspiraciones. Petra, en su papel habitual de observadora silenciosa, no deja escapar un solo detalle. Aunque parece ausente, su mente analiza cada palabra, cada gesto, y es probable que muy pronto ella también tome parte activa en los acontecimientos.
El capítulo 624 promete sorpresas, secretos revelados y relaciones redefinidas. Manuel, aunque intenta mantener la compostura, no logra ocultar la inquietud que le produce tanto la carta de su madre como el encuentro inesperado con Enora. Su mundo, ya sacudido por la traición, la pérdida y la culpa, podría estar a punto de cambiar una vez más.