Los acontecimientos en La Promesa no dejan de intensificarse, y esta semana la ficción de TVE nos sumerge en una vorágine de conflictos, secretos y revelaciones. El escenario está listo para una serie de sucesos que pondrán a prueba tanto a la nobleza como al personal de servicio del palacio.
Uno de los puntos más delicados es la situación de Ángela, cuya salud sigue deteriorándose cada día. Exiliada en los jardines del palacio, su resistencia física y emocional se debilita. La joven está cada vez más cerca de un colapso, y la tensión aumenta porque su madre, Leocadia, ha tomado una drástica decisión: nadie en La Promesa podrá ayudarla. Ha impuesto una ley de silencio absoluto alrededor de su hija, aislándola por completo.
Mientras tanto, la investigación que llevan adelante Curro, Pía y Lope empieza a dar frutos. Después de muchos esfuerzos, por fin tienen un nombre clave: Jacinto Iglesias, mano derecha del propietario de la joyería Llop. Pero lo más sorprendente es que Jacinto mantiene un vínculo estrecho con Vera, lo cual podría ser clave para desentrañar toda la red de negocios ilícitos que gira en torno a los duques de Carril.
Al mismo tiempo, Leocadia y Lisandro deciden organizar una fiesta en honor al nuevo título nobiliario de Adriano, que ha sido recientemente nombrado conde. A pesar del entusiasmo con el que algunos preparan el evento, Adriano no puede evitar sentirse incómodo por la exposición que esta celebración conlleva. Sabe que cualquier paso en falso podría ser usado en su contra.
Mientras se preparan los festejos, Lope le revela a Curro y Pía algo que podría cambiar el rumbo de la investigación: la verdadera relación de Vera con el duque de Carril y con el dueño de la joyería Llop. Convencido de que necesita actuar, Lope toma una decisión arriesgada: se infiltrará en la casa del duque para conseguir información crucial. Su valentía podría tener consecuencias imprevisibles.
En otro frente, Rómulo comparte con Emilia una decisión que había mantenido en secreto: ha rechazado la oferta del marqués de vivir en una casa que le ofrecía como reconocimiento. ¿La razón? Su verdadero sueño es vivir junto al mar con la enfermera. Un deseo sencillo pero profundo que deja claro qué tipo de vida anhela lejos del ajetreo de la casa señorial.
La situación con Ángela también da un giro inesperado. Leocadia permite su regreso a La Promesa, pero impone condiciones estrictas que no tardarán en generar conflicto. La joven, marcada por el rechazo de su madre y las humillaciones de Lorenzo y sus cómplices, no está dispuesta a ceder sin luchar.
Pero la gran sorpresa de la semana llega con el inesperado regreso de Petra, la antigua ama de llaves. Su vuelta causa un auténtico terremoto en el palacio. Vuelve con una actitud desafiante, dispuesta a recuperar su puesto cueste lo que cueste. Su retorno desata una tensión insoportable entre ella, Pía y Rómulo. Petra no está dispuesta a ceder y parece haber vuelto con sed de revancha.
Samuel, el cura, es confrontado por María Fernández, quien no entiende cómo pudo facilitar la vuelta de Petra. Pero el sacerdote parece tener sus propios motivos, aunque no termina de explicarlos. La tensión entre ellos va en aumento.
En paralelo, Lope sigue presionando a Vera para que lo ayude a infiltrarse en la casa de los Carril. Sabe que con su ayuda puede desenmascarar a su padre y liberarla, al mismo tiempo, de esa prisión emocional que la rodea. Curro, por su parte, se debate sobre si contarle o no a Lope los verdaderos motivos que lo impulsan a investigar la joyería.
Pía y Curro están preocupados por la desaparición de Esmeralda. Lorenzo, siempre envuelto en sombras, despierta sospechas, y Curro no duda en espiarlo. De hecho, llega a enfrentarse directamente con él para defender a Ángela, quien comienza a sufrir acoso por parte de los aliados de Lorenzo.
Catalina, consciente de lo que está en juego durante la fiesta, le ruega a Adriano que se comporte. Él, nervioso, intenta seguir sus indicaciones, pero la presión lo supera en más de una ocasión.
En otro rincón del palacio, Manuel recibe una carta de su madre, Cruz, que lo deja desconcertado. Sospecha que la verdadera intención de la misiva es organizarle un matrimonio conveniente. Esa duda lo lleva a plantearse si asistir o no a la fiesta.
Conforme se acerca el día del evento, Adriano entiende que ese momento marcará un antes y un después para su reputación como conde. Curro se convierte en su mayor apoyo, ayudándole a mantenerse firme. Sin embargo, Petra sigue con su actitud autoritaria y pone al personal de servicio al límite.
Finalmente, Manuel accede a ir a la fiesta tras la insistencia de Alonso. Durante la velada, muchas mujeres se le acercan, interesadas en convertirse en su futura esposa. Entre ellas destaca una joven misteriosa que no solo muestra un interés especial por Manuel, sino que también le revela un dato impactante sobre su negocio, dejándolo completamente perplejo.
En la cocina, Rómulo intenta mantener al equipo unido y motivado para que la fiesta sea todo un éxito, pues quiere cerrar su ciclo en La Promesa con dignidad. Petra, no obstante, sigue torpedeando los esfuerzos de todos. Emilia y Teresa intentan hacerla entrar en razón, aunque sin mucho éxito.
Vera finalmente accede a ayudar a Lope, y juntos buscan una excusa para ausentarse del palacio. Mientras tanto, Ángela tiene un nuevo enfrentamiento con uno de los secuaces de Lorenzo, dispuesta a no dejarse intimidar más.
Después de la fiesta, las emociones están a flor de piel. Algunos quedan decepcionados con cómo se desarrolló el evento, mientras otros se preparan para enfrentar nuevas verdades. Ángela se verá nuevamente frente a frente con Lorenzo, y el resultado de ese encuentro podría ser determinante.
La joven misteriosa de la fiesta se presenta en el hangar para hablar con Manuel. Su presencia desconcierta a Toño, y ambos reaccionan de forma muy distinta ante ella. A la vez, Rómulo, que planeaba marcharse tras la fiesta, recibe una última petición de Alonso que lo obliga a replantearse sus planes. ¿Será esta la despedida definitiva?
Por último, Petra, lejos de calmarse, amenaza con contar un secreto delicado: asegura haber visto al cura Samuel y a María Fernández besándose. ¿Usará esta información para destruir aún más la paz de la casa?
En resumen, esta semana en La Promesa promete emociones intensas, decisiones que marcarán destinos y secretos que pueden salir a la luz en cualquier momento. La calma en el palacio está cada vez más lejos.