La semana del 7 al 11 de julio en La Promesa estará marcada por intensas tensiones emocionales, disputas por el poder, desafíos sociales y enfrentamientos abiertos entre los protagonistas. En el centro del conflicto: Manuel y Leocadia, cuya relación se resquebraja por completo a raíz del ascenso inesperado de Enora.
Todo comienza con una revelación que lo cambia todo en el hangar. Manuel, intrigado por los avances en los diseños de sus aeroplanos, descubre que la verdadera mente detrás de las ideas no es Toño, sino Enora, una joven criada que ha estado escondiendo su talento por miedo al rechazo social. Al encontrarla trabajando sobre los planos, Manuel queda fascinado. Le ofrece un puesto formal en el equipo, reconociendo públicamente su inteligencia, su potencial… y rompiendo una barrera de clase que muchos no están dispuestos a tolerar.
Leocadia, al enterarse, estalla por dentro. Su desprecio hacia Enora no tarda en manifestarse abiertamente. La ataca con desprecio velado, insinúa favoritismos, y trata de sembrar dudas en Manuel. Pero él está decidido: Enora formará parte del proyecto, y quien no lo acepte, tendrá que enfrentarse a él.
Este posicionamiento de Manuel no solo provoca la furia de Leocadia, sino también alimenta rumores entre el servicio. Algunos murmuran que hay algo más entre el marqués y Enora. La tensión entre ellos dos crece al punto de romper la relación de confianza que mantenían. Leocadia, incapaz de controlar su celos y resentimientos, comienza una campaña velada para desprestigiar a Enora, sin sospechar que está cavando su propia tumba.
En paralelo, la planta de servicio se sacude por otra bomba: la llegada de Cristóbal Ballesteros, un nuevo candidato a mayordomo. Su aparición rompe por completo las expectativas de los criados, especialmente de Ricardo, quien había sido considerado el sucesor natural de Rómulo. La ilusión de Ricardo se transforma en humillación cuando se entera de que no solo no será nombrado mayordomo, sino que será degradado a ayuda de cámara personal. Ballesteros, frío y calculador, no busca continuidad, sino control.
El golpe no solo es profesional. Simona, Petra, Jana y el resto del personal sienten que el orden que conocían se ha destruido. Petra, por ejemplo, empieza a ser vigilada, controlada y prácticamente relegada a una posición simbólica. Pero en sus ojos arde un fuego: la venganza no tardará.
Mientras tanto, en la finca, las tensiones familiares también aumentan. Catalina y Martina están completamente enfrentadas. La primera, progresista e idealista, continúa con su visión de modernizar La Promesa, mientras que Martina se aferra a las tradiciones. Las dos primas protagonizan una dura pelea por la gestión de las tierras y el ganado. En la sombra, Jacobo alienta a Martina a ejecutar un plan que desacredite a Catalina por completo.
En otra parte, Curro y Ángela continúan su historia de amor, pero el temor los envuelve. El marqués de Andújar ha iniciado acciones legales contra Ángela por el incidente del puñetazo que recibió por parte de Curro. Aunque el joven intenta mantener la calma, se siente cada vez más vulnerable. Descubre que Cristóbal Ballesteros está vinculado a la familia del duque de Carril y teme que haya sido enviado con un propósito oscuro: descubrir su verdadero origen como bastardo del marqués.
Ángela, por su parte, se arma de valor y se enfrenta finalmente a su madre y a Lorenzo. Rechaza la propuesta de matrimonio con el marqués de Valmaseda y declara que se quedará en La Promesa, con o sin su aprobación. Pero la alegría de esa victoria personal dura poco: recibe una carta con la demanda judicial. Su mundo empieza a tambalearse.
La tensión se extiende hasta el palacio de los duques de Carril, donde Lope sigue tras la pista de la libreta dorada que podría incriminar al duque. Justo cuando un jardinero le revela su posible ubicación, Don Gonzalo, el suegro de Lope, ajeno a todo, decide quemar los recuerdos de su hija muerta… entre ellos, el cuaderno que contiene la verdad. Mientras el fuego consume la evidencia, Lope sonríe al otro lado de la puerta, ignorando que todo podría desaparecer para siempre.
De vuelta en La Promesa, Enora le confiesa a Manuel que Leocadia la ha amenazado. El marqués, indignado, promete protegerla cueste lo que cueste. La enemistad entre él y Leocadia se formaliza: ahora son rivales declarados.
Para rematar la semana, Leocadia aprovecha los rumores del escándalo con el marqués de Andújar para atacar a Ángela. La acusa de manipular a los hombres, primero a Manuel, ahora a Curro. Pero Ángela no se deja intimidar. Se mantiene firme, aunque por dentro siente el temor de lo que está por venir.
Así, esta semana en La Promesa es una tormenta perfecta de traiciones, ambiciones, enfrentamientos personales y juegos de poder. Todos los personajes, desde los nobles hasta los criados, están empujados a sus límites. Y lo más inquietante es que, cuando crees que ya no puede ir a peor… todo empeora.