La semana del 21 al 25 de julio en La Promesa estará marcada por decisiones que cambiarán el rumbo de la historia, secretos que salen a la luz y un plan arriesgado que Lorenzo propone a Leocadia para salvar el honor de su familia. Un cóctel explosivo de tensiones, pasiones e intrigas recorrerá cada rincón del palacio y sus alrededores.

Todo empieza con la salud de la pequeña Rafaela, que empeora peligrosamente. La fiebre no cede y cada minuto que pasa aumenta la desesperación. Ningún médico se atreve a acudir al palacio para atenderla, y la razón parece clara: el varón de Valladares ha sembrado el miedo entre los facultativos para que nadie cruce las puertas de La Promesa. Martina confirma las sospechas de Leocadia, quien ya advertía de la mano negra del barón detrás de ese silencio médico.

Simona, decidida a no permitir que la niña muera por culpa de intereses mezquinos, se lanza sola a buscar un médico que desafíe las amenazas. Finalmente, logra convencer al doctor Guillén, un profesional humilde pero valiente, que acepta el riesgo de acudir al rescate. Sin embargo, al llegar al palacio, Leocadia y Lorenzo le niegan la entrada por su origen modesto, desatando la indignación de todos. Aun así, la insistencia de Simona terminará abriendo la puerta al doctor, que podrá atender finalmente a Rafaela.

Mientras tanto, Manuel, Toño y Enora ultiman los preparativos para probar el motor que impulsa su avión. Manuel, aunque nervioso, se deja contagiar por la seguridad de Enora. Ella, llena de entusiasmo, acepta volar con él en el primer intento. Entre ellos se forja un lazo especial, aunque Toño no se queda atrás y, llevado por la emoción, se atreve a besar a Enora, dejándole ver que sus sentimientos van más allá de la amistad.

En los pasillos del palacio, Curro está a punto de enfrentarse violentamente al capitán de la Mata. Ángela interviene justo a tiempo para evitar la tragedia, pero la tensión no disminuye. Ángela, que escucha conversaciones sospechosas entre Pía, Lope y el capitán, exige saber la verdad. Curro, viendo la determinación de Ángela, le revela toda la conspiración que ha descubierto. Ella se debate entre denunciar o seguir investigando, pero finalmente se alía con Curro en la búsqueda de justicia. La complicidad los une tanto que se besan apasionadamente, sin saber que alguien los observa desde las sombras.

El avance del martes 22 de julio revela que la llegada del doctor Guillén al palacio marca un antes y un después. Por primera vez, alguien desafía el miedo impuesto por el varón de Valladares. Catalina y Adriano sienten un profundo agradecimiento hacia Simona y Ricardo por lograr lo que parecía imposible. Sin embargo, saben que vendrán represalias por desafiar al poder.

Leocadia sigue obsesionada con limpiar la reputación de Ángela, manchada tras el escándalo con el marqués de Andújar. Su presión sobre Lorenzo es constante, pero él no encuentra soluciones y su frustración crece. El capitán, consciente de que el tiempo se agota, empieza a maquinar un plan para salir del atolladero.

Por otro lado, Curro arde de rabia tras descubrir pruebas que Lope le entregó sobre los negocios oscuros del capitán. El enfrentamiento físico parece inevitable, pero Cristóbal, el nuevo mayordomo, interviene para evitar que la sangre llegue al río.

En el taller, Toño confiesa a Manuel sus sentimientos por Enora. Manuel le aconseja prudencia, recordándole que el corazón es impredecible y que Enora podría no sentir lo mismo. Aun así, el éxito del motor y la mejora de Rafaela infunden en todos un renovado optimismo para transformar La Promesa.

El miércoles 23 de julio, la recuperación de Rafaela devuelve la esperanza al palacio. El doctor Guillén se convierte en un héroe anónimo, y su determinación inspira a Catalina y Adriano a no rendirse ante las amenazas del varón. Enora, sin embargo, percibe que Manuel sigue pensando en Jana, y aunque acepta esa realidad, no puede evitar sentirse entristecida.

Santos, por su parte, se sincera con Ricardo y le confiesa el dolor que le causa haber sido manipulado por su madre, Ana. También admite el resentimiento que siente hacia Pía, a quien culpa en parte por sus desgracias familiares.

Mientras tanto, la desaparición de Samuel mantiene en vilo a María Fernández y Petra. La incertidumbre crece y la tensión se traslada a la servidumbre, donde Petra acaba discutiendo con Cristóbal, incómoda con su rigidez y su control excesivo.

Ángela insiste en ayudar a Curro en su investigación contra el capitán. Él teme por su seguridad, pero la fuerza y valentía de Ángela acaban convenciéndolo. Leocadia, agobiada por la presión social, recibe una inesperada propuesta de Lorenzo: un plan arriesgado que podría limpiar su nombre… o hundirla aún más en la desgracia.

El viernes 25 de julio, con Rafaela fuera de peligro, Catalina decide enfrentarse de una vez por todas al varón de Valladares. No piensa permitir más amenazas contra su familia. Cristóbal, revisando el desempeño del personal, considera devolver a Lope su antiguo puesto como lacayo, aunque reconoce su talento en la cocina.

Por su parte, Lope empieza a sospechar de Vera, intrigado por el hecho de que ella nunca haya preguntado por sus orígenes. La curiosidad crece en él, y promete investigar más a fondo.

Curro observa preocupado cómo Ángela sigue revisando documentos de Lorenzo, sabiendo que hurgar demasiado podría costarles caro. Finalmente, Curro, harto de las provocaciones, se enfrenta violentamente al capitán de la Mata. La respuesta de Lorenzo no se hace esperar: planea deshacerse de Curro de una vez por todas. ¿Será este el fin de Curro en La Promesa?

En el taller, Enora quiere conocer más sobre Manuel y Toño le revela que Pedro Farré ya ha probado con éxito el motor que desarrollaron. Este logro podría ser el comienzo de una revolución tecnológica que no solo transformaría La Promesa, sino a toda la nación.

Así concluye una semana en la que las tensiones, las pasiones y las traiciones siguen marcando el rumbo de La Promesa. Con cada decisión, los personajes se acercan más a un destino incierto donde el amor, la justicia y la ambición chocan sin remedio.