En los próximos y emocionantes capítulos de La Promesa, la trama dará un giro espectacular con el inesperado regreso de Jana, quien aparece en el momento más crítico para la familia. Durante días, la pequeña Rafaela, la hija de Catalina y Adriano, ha estado gravemente enferma con fiebre alta, al borde de la muerte. Ningún médico, a pesar de los esfuerzos de Alonso por traer a los mejores especialistas, ha logrado frenar el deterioro de la niña. La desesperación invade la casa, Catalina no encuentra consuelo, Adriano se hunde en la impotencia y Alonso, furioso, ve su autoridad desafiada cuando Catalina propone llevar a Rafaela a Italia para intentar salvarla en un centro médico avanzado.
La tensión familiar escala hasta el punto de que Catalina se enfrenta por primera vez abiertamente a su padre, el marqués Alonso, quien insiste en quedarse en la finca y esperar a un nuevo médico de Madrid. Pero Catalina, con la determinación de una madre desesperada, se niega a aceptar la pasividad y amenaza con irse aunque tenga que hacerlo sola con su hija moribunda.
Justo cuando todo parece perdido, Pía recuerda la existencia de un médico aislado en una aldea cercana, conocido por métodos poco ortodoxos pero con fama de milagroso. Sin perder tiempo, parte en su búsqueda con el permiso reticente de Alonso. Sin embargo, mientras Pía inicia su viaje, en la casa Leocadia y Lorenzo se muestran fríos y calculadores: para ellos, la posible muerte de la niña es un obstáculo menos en la línea sucesoria, una ventaja que piensan aprovechar para sus propios fines.
En medio de esta oscuridad, la fe y la desesperación llenan la habitación de Rafaela. Catalina y Adriano, al borde del colapso emocional, oran, lloran y claman por un milagro. Y es en ese ambiente sofocante cuando un débil gemido de la niña rompe el silencio: Rafaela muestra un leve signo de mejoría. Todos en la habitación contienen la respiración; es apenas un indicio, pero es suficiente para encender la esperanza.
A la mañana siguiente, un nuevo shock sacude la mansión: la cuna de Rafaela está vacía. Catalina y Adriano, presa del pánico, buscan desesperadamente en la habitación y en toda la casa. Y entonces, la puerta se abre y aparece Jana, viva, fuerte, transformada y con Rafaela en sus brazos, tranquila y sin fiebre. Su sola presencia es un impacto emocional para todos. “Buenos días”, anuncia con serenidad, dejando claro que ha regresado y que, contra todo pronóstico, sigue con vida.
Adriano y Catalina apenas pueden creer lo que ven. Jana explica que ha sobrevivido y que ha aprendido muchas cosas en su ausencia, aunque promete revelar los detalles a su debido tiempo. Por ahora, la prioridad es la niña, que ha dejado atrás la fiebre y está fuera de peligro gracias a Jana. El misterio de cómo ha logrado salvar a Rafaela queda en el aire, pero su eficacia es innegable.
Manuel aparece en la escena, paralizado ante el regreso de Jana, a quien todos creían muerta. Enora, al enterarse, reacciona con desprecio y burla, acusándola de volver como si nada hubiera pasado y reprochándole el sufrimiento que causó con su desaparición. Sin embargo, Jana mantiene la compostura: no busca disputas ni recuperar lo perdido a la fuerza, pero deja claro que si Manuel aún la recuerda, sabrá dónde pertenece su corazón.
Manuel, dividido entre la alegría de verla viva y la rabia por el dolor que padeció tras su supuesta muerte, se enfrenta a sus sentimientos. Jana, con lágrimas contenidas, le dice que hizo lo que debía para sobrevivir y que ahora solo quiere recuperar su confianza, poco a poco. Le pide que mire a la niña que acaba de salvar: Rafaela, dormida y en paz, es la prueba viviente de que Jana ha regresado con un propósito.
La escena cierra con Manuel acariciando la mano de la pequeña Rafaela, mientras Enora observa desde el fondo, consciente de que con el regreso de Jana su influencia peligra. Jana asegura que ahora nadie podrá separarlos y que la niña estará bien porque ha vuelto para quedarse.
Con este sorpresivo regreso, la dinámica en La Promesa cambia radicalmente. Jana no solo ha salvado una vida, sino que su regreso amenaza con desestabilizar todas las intrigas que Leocadia, Lorenzo y Enora han tejido en su ausencia. El reencuentro con Manuel queda cargado de tensión y promesas no cumplidas, mientras que Catalina y Adriano recuperan la esperanza de que su hija sobreviva gracias al misterioso conocimiento que Jana ha adquirido.
La promesa de Jana de revelar cómo logró sobrevivir y sanar a la niña mantiene a todos en vilo. Su transformación es evidente, su carácter más firme y su mirada decidida, como si hubiera pasado por un infierno del que salió más fuerte. Ahora todos se preguntan: ¿qué le ocurrió realmente en su ausencia? ¿Qué precio ha pagado para poder regresar y qué otros secretos guarda?
En la mansión, el ambiente es de expectativa, desconfianza y renacer de la esperanza. Mientras tanto, Enora y Leocadia planean cómo contrarrestar esta amenaza imprevista, temiendo que Jana no solo haya regresado, sino que también traiga consigo una nueva luz que podría deshacer sus planes más oscuros.