Despedidas emotivas y nuevos comienzos en La Promesa: Rómulo y Emilia sellan su historia de amor con una boda inolvidable
El año 2025 ha traído una auténtica revolución en la trama de La Promesa, la exitosa serie diaria de La 1 de RTVE. A lo largo de los últimos meses, el público ha sido testigo de giros argumentales que han sacudido los cimientos del palacio, con la salida de personajes clave y la llegada de nuevas incorporaciones que han renovado por completo el rumbo de la historia. La más impactante, sin duda, fue la marcha de Ana Garcés, quien daba vida a Jana Expósito, la gran protagonista de la ficción. Su partida dejó a muchos espectadores descolocados, marcando un antes y un después en la serie.
Casi al mismo tiempo, también se despidió Eva Martín, quien interpretaba a la marquesa de Luján, otra figura central y antagonista de peso que mantenía tensas las tramas palaciegas. Y ahora, cuando aún no se han calmado del todo las aguas, La Promesa vuelve a conmover a sus seguidores con otra despedida importante: Rómulo, el entrañable mayordomo interpretado por Joaquín Climent, se retira para siempre del servicio… pero lo hace por amor y de la forma más especial posible.
Rómulo y Emilia: una historia de amor madura y real
El episodio 630, emitido el viernes 4 de julio, ha sido el escenario de una de las escenas más emotivas de toda la serie: Rómulo decide retirarse de su cargo como mayordomo y marcharse a vivir junto al mar con Emilia, el gran amor de su vida. Tras toda una vida dedicada al servicio en La Promesa, Rómulo siente que es momento de cerrar esa etapa y comenzar una nueva, más íntima, más libre y, sobre todo, compartida.
La noticia ha sacudido al personal del palacio. Aunque todos comprenden y respetan su decisión, la mezcla de alegría y tristeza ha sido inevitable. Por un lado, se celebra que el fiel mayordomo haya encontrado la felicidad que tanto merece; por otro, su ausencia deja un vacío difícil de llenar en el día a día de La Promesa.
El marqués de Luján, Alonso, ha intentado por todos los medios retenerlo, consciente de lo importante que es Rómulo en el equilibrio del palacio. Pero el mayordomo ya ha tomado una decisión firme. Aun así, el marqués ha querido hacerle una petición final: casarse con Emilia antes de su partida. Una forma simbólica y significativa de sellar una historia de amor que ha conquistado a los espectadores por su sencillez, madurez y honestidad.
Una boda diferente pero llena de emoción
Aunque los preparativos no han sido sencillos —en parte debido a las maquinaciones de Petra, que impidieron que algunos miembros del servicio pudieran asistir—, ni Rómulo ni Emilia estaban dispuestos a permitir que su amor pasara desapercibido. Por eso, aunque no fue una boda tradicional, organizaron una ceremonia sencilla pero simbólica en el patio de La Promesa, rodeados de sus compañeros y amigos más cercanos.
Durante el emotivo acto, Rómulo dedicó unas palabras preciosas a Emilia:
“Gracias a ti, he recordado a qué venimos a esta vida. Amar y entregarse al otro es la única manera de llenar el alma. Espero que nuestro amor sea para siempre”.
El ambiente estuvo cargado de sentimientos, sonrisas, lágrimas y aplausos. La emoción continuó en la celebración posterior, donde Rómulo ofreció un brindis cargado de sabiduría:
“No dejen para mañana lo que puedan vivir hoy. Disfruten del momento, que la vida no espera”.
Uno de los momentos más conmovedores fue cuando Ricardo, su compañero de servicio, también tomó la palabra para rendirle homenaje:
“Quiero proponer un brindis por Rómulo Baeza, un hombre que nunca se da importancia y la tiene toda. Eres el hermano mayor que siempre quise tener”.
Joaquín Climent y Arantxa Aranguren se despiden de sus personajes
Con esta escena, La Promesa dice adiós a dos de sus intérpretes más queridos: Joaquín Climent, que ha dado vida a Rómulo desde el primer capítulo, y Arantxa Aranguren, que llegó más adelante en el papel de Emilia. Ambos actores han sabido dotar a sus personajes de una humanidad poco común, convirtiéndose en una pareja inesperada pero profundamente entrañable.
Climent, con una interpretación contenida, elegante y llena de matices, ha convertido a Rómulo en un símbolo de integridad, discreción y lealtad. Su evolución personal a lo largo de la serie —pasando de ser un fiel servidor a un hombre que se permite amar y soñar— ha sido una de las más bonitas de ver.
Por su parte, Arantxa Aranguren ha aportado frescura, inteligencia y sensibilidad al personaje de Emilia, una mujer que llegó a la historia sin grandes pretensiones, pero que terminó tocando el corazón de todos, tanto dentro como fuera de la pantalla.
Ambos intérpretes han expresado su satisfacción por haber podido retratar una historia de amor madura en un espacio televisivo donde muchas veces solo se muestra el amor joven o idealizado.
“Hemos hecho secuencias muy bonitas”, comentó Aranguren.
“Es muy bonito poder dibujar un amor maduro, me parece interesantísimo”, añadió Climent.
“Que nos den esa posibilidad de mostrar un amor entre dos personas que se arriesgan a empezar una etapa nueva es muy bonito”.
Un nuevo ciclo en La Promesa
La salida de Rómulo y Emilia marca el cierre de una etapa entrañable en la serie, pero también abre la puerta a nuevas dinámicas y desafíos dentro del palacio. La marcha de un personaje tan influyente en la estructura interna del servicio obliga a una reorganización que, sin duda, generará conflictos y tensiones.
Además, el amor de Rómulo y Emilia deja una enseñanza clara en La Promesa: nunca es tarde para volver a empezar, para amar, para vivir con plenitud. En una serie marcada por la lucha de clases, los secretos familiares y los dramas personales, su historia ofrece un respiro lleno de ternura y esperanza.
El público, sin duda, echará de menos la presencia serena y sabia de Rómulo y el corazón noble de Emilia. Pero se marchan por la puerta grande, con el reconocimiento de sus compañeros y el cariño de los espectadores.
La Promesa continúa, como cada tarde, reinventándose y emocionando, demostrando que en el palacio no hay días tranquilos… pero sí momentos inolvidables.