En los próximos episodios de La Promesa, los secretos mejor guardados y las traiciones ocultas están a punto de salir a la luz. El mundo de Ayala comienza a tambalearse, y es gracias a una inesperada heroína: Martina. Su reciente descubrimiento podría ser la llave para destruir el reino de manipulación y engaños que el conde Ayala ha construido durante años.
Todo comienza cuando Cruz, con el orgullo herido y la reputación de su familia en juego, decide que no se va a dejar intimidar. Aunque Lorenzo le advierte que una guerra abierta contra los Duques podría ser peligrosa, ella no da marcha atrás. Cruz está dispuesta a enfrentarse a quien sea con tal de proteger lo suyo. Pero mientras ella planea su ofensiva, Martina hace un descubrimiento perturbador: el veneno que casi acaba con la vida del conde no fue un accidente. Todas las pistas la llevan a Petra, la leal asistente del conde, y sin perder tiempo, la confronta directamente.
Petra, nerviosa pero firme, admite saber más de lo que aparenta, pero le pide a Martina que conversen en otro momento, con calma y discreción. Antes de que puedan continuar, el propio Ayala irrumpe, furioso, acusando a Petra de conspirar en su contra. Ella, lejos de acobardarse, le lanza una advertencia: pronto estará solo y humillado. La tensión escala cuando Ayala, cegado por la ira, intenta agredir a Petra, pero es sorprendido por Martina, quien lo descubre en pleno ataque. Sorprendido, el conde huye, dejando a Petra aturdida pero viva.
Este suceso marca un punto de no retorno para Martina: sabe que Petra debe hablar cuanto antes. Sin embargo, también tiene que lidiar con su propia vida personal, especialmente con Pelaio, a quien enfrenta exigiéndole que asuma sus responsabilidades y deje de postergar decisiones sobre su relación y el embarazo que ya no puede ocultarse. La respuesta de Pelaio es violenta: la acusa de entrometerse y de romper la confianza que había entre ellos. No obstante, es Catalina quien defiende a Martina, enfrentándose con fuerza a Pelaio y exigiéndole que deje de culpar a los demás y decida si quiere ser parte de la vida de su hijo. Después de este intercambio, Pelaio, confuso pero emocionado, admite que ama a Catalina y que no puede imaginar su futuro sin ella ni su bebé.
Mientras tanto, Petra comienza a sentirse inquieta con la llegada de Riccardo, el nuevo mayordomo que sustituye a Rómulo. Aunque parece eficiente, Petra percibe algo oscuro en su pasado y empieza a observarlo con atención. A su vez, el padre Samuel se acomoda sorprendentemente bien en La Promesa, aunque su presencia genera sospechas. Pocos saben la verdadera razón de su llegada, pero Cruz parece tenerlo bajo su control, dándole dinero a cambio de lealtad absoluta.
En medio de todo este caos, Martina también intenta ayudar a Ulia, la joven que aparentemente está siendo presionada para casarse con Curro. Pero algo en la actitud de Ulia la inquieta: no parece molesta, sino resignada o incluso cómplice. El panorama para Martina es claro: Usequan y Ulia están orquestando un plan para atrapar a Curro en un matrimonio que les asegure prestigio y riqueza. Cuando habla con Curro, él admite que también Lorenzo lo está presionando. Martina intenta abrirle los ojos: casarse con Ulia sería una condena y una trampa de la que podría no escapar jamás.
Por otro lado, Ana deja la servidumbre para convertirse oficialmente en la prometida de Manuel. Aunque este paso debería ser un sueño, para Ana es un cambio agridulce, pues deja atrás a sus compañeros y su vida en la zona de servicio. Su despedida con María Fernández es especialmente emotiva. Manuel, consciente del duro cambio que afronta Ana, le pide a María que la acompañe en esta transición para que no se sienta sola. Sin embargo, lo que ninguno de los dos sabe es que Cruz ya ha planeado un recibimiento helado y hostil para Ana, iniciando para ella un camino lleno de dolor y desafíos.
Martina finalmente logra que Petra le cuente toda la verdad. La mujer, conmovida y rota por la culpa, revela el secreto más oscuro: hace años tuvo una relación con el conde Ayala y de esa unión nació un hijo, Feliciano. Este impactante dato deja a Martina atónita. Ayala no solo ha sido un enemigo, sino el titiritero que ha manejado muchas situaciones desde la sombra, engañando a todos. Ahora, con esta revelación, Martina y Petra deciden aliarse y trazar un plan definitivo para desenmascarar al conde y acabar con su reinado de terror.
Mientras tanto, en la zona de servicio se vive un ambiente de tristeza: es el momento de la partida de Rómulo. Después de intentar recuperar a Pia sin éxito, ha decidido irse definitivamente. Su despedida es emotiva, consciente de que deja atrás una vida entera y a personas que siempre consideró como su familia. Pero su salida también deja un vacío que podría desencadenar nuevas tensiones y conflictos.
La caída del conde Ayala parece cada vez más inminente. Con Martina y Petra decididas a exponer sus crímenes y manipulaciones, y con Cruz cada vez más obstinada en proteger su familia, el palacio está a punto de convertirse en el escenario de una guerra silenciosa pero letal. Sin embargo, el peligro acecha por todas partes, y cada movimiento en falso puede costarles caro a todos los implicados.
Las alianzas cambian, los secretos salen a la luz y el futuro de La Promesa pende de un hilo. La batalla por la verdad ha comenzado y no todos saldrán ilesos.