La televisión pública española parece no encontrar todavía un equilibrio estable en su programación vespertina. En medio de una semana clave para su serie estrella, La Promesa, RTVE ha anunciado un nuevo ajuste en su parrilla de tarde, que afecta directamente al horario y duración de este exitoso drama de época. Esta última decisión ha generado nuevamente una ola de incertidumbre y desconcierto entre los seguidores, quienes ya venían manifestando su malestar ante la falta de consistencia en los horarios.
Una nueva reestructuración: recorte para ‘La Promesa’
La reciente reorganización de RTVE establece que Valle Salvaje, otra de las telenovelas diarias con gran seguimiento, comenzará a emitirse a las 17:10 h. A continuación, a las 18:00 h, será el turno de La Promesa. Posteriormente, a las 19:00 h, llegará el programa complementario El club de La Promesa, que ofrece contenido exclusivo relacionado con la serie, y a las 19:20 h tomará el relevo el concurso El Cazador.
Este nuevo esquema implica de facto una reducción del tiempo habitual de emisión de La Promesa. Hasta ahora, la ficción tenía una duración estimada de 70 a 75 minutos (con pausas), extendiéndose habitualmente hasta las 19:15 h. Sin embargo, con la entrada de El club de La Promesa a las 19:00 h y el inminente inicio del concurso apenas 20 minutos más tarde, el capítulo diario pierde un importante margen de tiempo.
A pesar de que RTVE ha intentado compensar este recorte incorporando bloques publicitarios más compactos, la medida no parece suficiente para mantener intacta la narrativa de los episodios. Esto ha despertado preocupación entre los seguidores, quienes temen que se reduzca contenido relevante o se comprima la trama en exceso para adaptarse a los nuevos límites.
Una programación en continuo movimiento
Desde el pasado lunes, los espectadores más atentos ya venían detectando que la emisión real de los programas no coincidía con la parrilla anunciada en guías televisivas o medios oficiales. A pesar de contar con horarios aparentemente definidos, los capítulos de La Promesa comenzaban con retrasos de entre 10 y 15 minutos, una circunstancia que, sumada a las constantes modificaciones, dificulta enormemente seguir la historia de manera coherente y ordenada.
Estas alteraciones, lejos de ser casos aislados, se han convertido en una constante en la estrategia de programación de la cadena pública. En las últimas semanas, los cambios de hora, las pausas imprevistas, y la cancelación y posterior rectificación de emisiones, han sido el pan de cada día para los fieles seguidores de La Promesa.
El caso más reciente ocurrió con el episodio previsto para el miércoles 11 de junio. Inicialmente, RTVE había anunciado que no se emitiría debido a la retransmisión del partido de fútbol Sub21 entre España y Eslovaquia. Sin embargo, tras una oleada de quejas en redes sociales y la presión de los fans, la corporación decidió a última hora trasladar el partido a La 2, permitiendo que La Promesa se mantuviera en La 1 y en su horario habitual. Aunque esta rectificación fue bien recibida por los seguidores, también evidenció la improvisación y falta de planificación clara en la dirección de contenidos.
El público exige estabilidad y respeto
Este panorama no hace más que alimentar el descontento creciente entre los espectadores. Muchos de ellos han recurrido a redes sociales para expresar su malestar y exigir que RTVE adopte una política de programación más estable y respetuosa con su audiencia. Algunos comentarios reflejan claramente el hartazgo: “Es imposible seguir la serie así”, “Cada día empieza a una hora distinta” o “Nos toman el pelo con tanto cambio”.
La situación resulta aún más frustrante si se tiene en cuenta que La Promesa atraviesa una etapa crucial en su desarrollo argumental. Esta semana, la serie presenta importantes revelaciones, enfrentamientos familiares, misterios resueltos y descubrimientos dramáticos, elementos que elevan el interés general y convierten cada episodio en una pieza clave de la historia. En este contexto, cualquier cambio en el horario afecta directamente a la experiencia del espectador, quien puede perderse momentos clave o verse obligado a buscar reposiciones o contenido en diferido para mantenerse al día.
Dos ficciones fuertes, una estrategia débil
Tanto La Promesa como Valle Salvaje son dos apuestas fuertes de RTVE dentro de su programación diaria. Ambas cuentan con audiencias fieles y consistentes que las siguen cada tarde, convirtiéndolas en pilares fundamentales de la franja vespertina. No obstante, la falta de estabilidad en la programación está poniendo en riesgo la fidelidad de esos mismos espectadores.
Más allá del valor narrativo de estas ficciones, muchos consideran que RTVE debería mostrar un mayor compromiso con su producción nacional y asegurarles un espacio digno, fijo y sin sobresaltos. Las constantes alteraciones, lejos de mejorar la oferta, crean un ambiente de inseguridad que mina la confianza del público.
Además, resulta contradictorio que, por un lado, la cadena promocione activamente estas series y, por otro, no logre garantizarles un lugar respetado y estable en su parrilla. La incoherencia entre la estrategia de marketing y la realidad de la emisión es una de las quejas más repetidas por la audiencia, que pide coherencia y seriedad.
¿Se mantendrán estos horarios?
Por ahora, RTVE no ha confirmado si esta nueva reestructuración será definitiva o si habrá más cambios en los próximos días. Lo cierto es que muchos espectadores han optado por tomar los horarios oficiales “con pinzas”, ya que la experiencia reciente demuestra que pueden cambiar de un día para otro sin previo aviso.
A la espera de una mayor claridad por parte de la corporación, lo que queda claro es que La Promesa sigue siendo una de las series más fuertes de la cadena, con una trama adictiva y un reparto que ha logrado conquistar a miles de hogares. Sin embargo, para mantener ese éxito, RTVE deberá resolver cuanto antes su “caos de programación” y ofrecer a los seguidores la estabilidad que tanto reclaman.
De lo contrario, ni los mejores guiones ni los momentos más emocionantes podrán competir contra la frustración de una audiencia desorientada y cansada de no saber cuándo podrá ver su serie favorita.