La semana en Sueños de libertad comienza con un impacto devastador para la familia De la Reina: María sufre un grave accidente que la deja paralizada, un hecho que sacude a todos y amenaza con romper para siempre los lazos familiares. Andrés está consumido por la culpa, recordando cada momento y preguntándose si su intento de detener a María pudo ser la causa real del accidente. Su desesperación crece al saber que Marta planea denunciarlo por intento de asesinato, un peligro que él está decidido a enfrentar, dispuesto a contar su verdad ante la Guardia Civil.
En el hospital, María está transformada: distante, fría y con una rabia que rechaza incluso a quienes la quieren cuidar, como Manuela y Gema, quienes se acercan para apoyarla, pero solo reciben rechazo y palabras duras. La peor noticia llega cuando la doctora Luz confirma que la parálisis de María es irreversible, sellando su destino y dejando un silencio desgarrador que pesa en el ambiente.
Mientras tanto, en la fábrica, la vida sigue con sus propios conflictos. Don Pedro se muestra molesto tras la noticia del accidente y la decisión de Digna, recién casada con él, de posponer su luna de miel para estar junto a María. La tensión aumenta cuando Don Pedro, frío y autoritario, despoja a Joaquín de su cargo, mostrando la división que atraviesa a la familia.
Pero el giro más impactante se da cuando Damián presenta a Cristina, la joven brillante que llega para trabajar en el laboratorio de la empresa. Irene, la nueva esposa de Don Pedro, queda paralizada al descubrir que Cristina cumple años el mismo día que la hija que ella perdió hace años. Ese detalle despierta en Irene una mezcla de miedo, esperanza y sorpresa: ¿podría Cristina ser la hija que creía desaparecida? La sospecha siembra una tensión nueva y profunda, marcando un punto de inflexión en la historia.
En medio del caos, Andrés hace una promesa desgarradora a María: permanecer a su lado, cuidarla y renunciar a todo por su bienestar, mientras ella, desde su silencio, comienza a tejer una venganza silenciosa que amenaza con cambiarlo todo.
La próxima semana se anuncia llena de emociones intensas, secretos que salen a la luz y decisiones que podrían destruir o salvar a esta familia rota.
Esta semana en Sueños de libertad, las tensiones familiares alcanzan su punto más álgido, y Damián se convierte en el centro de una tormenta que podría cambiarlo todo. Tras una intensa conversación con su sobrino Gabriel, cuyo discurso convincente le hace ver la importancia de la unión familiar en tiempos difíciles, Damián decide celebrar una cena para demostrar que, a pesar de la tragedia, siguen adelante como familia. Sin embargo, esta decisión crea una nueva grieta en un hogar ya fracturado, generando más conflictos con sus hijos.
Paralelamente, Damián recibe noticias inquietantes: el antiguo trabajador Górriz, pieza clave en su investigación sobre Pedro, ha huido con su familia hacia América, dejando a Damián sin una pista crucial. Pero el protagonista no se detiene; con firmeza, enfrenta a Digna con una impactante revelación: la caída de Joaquín no fue un accidente. Según Damián, Pedro, el marido de Digna, estuvo detrás de todo, pagando a Górriz para incitar a los trabajadores contra Joaquín, provocando el fatal incidente que lo alejó del poder. La acusación es devastadora, y Digna comienza a cuestionar todo lo que creía saber sobre su esposo.
Mientras tanto, en el hospital, Pedro visita a María con aparentes intenciones de ayudarla a denunciar a Andrés, quien, según él, debe pagar por lo que le hizo. Para sorpresa de Pedro, María rechaza la idea y confía plenamente en la promesa de su marido, revelando un plan más oscuro y calculado. Raúl, furioso por la confesión de María, enfrenta a Manuela y promete hacer justicia, mientras Begoña observa con creciente preocupación cómo Andrés se consume cuidando a María, atrapado en su culpa y esperanza.
En otro frente, el laboratorio se convierte en escenario de retos profesionales y tensiones personales. Marta encarga a Luis y Cristina la creación de tres perfumes para una importante marca de moda, y Luz, entre exámenes y ansiedad, lucha por mantener el equilibrio en su vida.
De vuelta en la mansión De la Reina, María regresa a casa, convertida en una figura dominante y peligrosa. Declara con frialdad a Begoña que Andrés es solo suyo y que no permitirá interferencias, marcando el inicio de una guerra abierta. Mientras tanto, Irene descubre que el misterioso Amador Rojas es en realidad un detective contratado por Damián, lo que añade más misterio a la investigación familiar.
El jueves 12, Damián estrecha el cerco sobre Pedro, acusándolo no solo de la caída de Joaquín sino de un secreto mucho más oscuro: la muerte de su propio hijo Jesús. La confrontación es intensa, y aunque Digna no puede creerlo, la duda ya crece en su interior.
Finalmente, Irene revive recuerdos dolorosos en un convento, atando cabos sobre su propia historia y la posible identidad de Cristina como hija perdida, mientras en la mansión la atmósfera se vuelve irrespirable con el obsesivo cuidado de Andrés y las tensiones crecientes entre los personajes.
En medio de tanto drama y traición, una pequeña luz surge para Luz cuando Luis le sugiere un tema para su presentación médica, un respiro en la tormenta que se avecina.
Esta semana, Sueños de libertad nos muestra que en medio del dolor y la traición, la verdad puede ser la última esperanza para encontrar justicia y reconciliación.