La semana del 19 al 23 de mayo en Sueños de libertad viene cargada de revelaciones, tensiones familiares y decisiones que podrían cambiar el rumbo de todos. En el centro de todo, el personaje de Andrés se convierte en pieza clave al desenterrar una verdad que llevaba demasiado tiempo enterrada: la muerte de Jesús podría no haber sido un suicidio.

La semana comienza con un ambiente aparentemente festivo: Julia protagoniza una función escolar interpretando a la Cenicienta, y su actuación deslumbra a todos, incluso a la familia real, que no escatima en elogios. Sin embargo, la celebración se ve interrumpida cuando aparece María, con intenciones claras: quiere vender las acciones que le corresponden a su hija. Esta movida despierta tensiones inmediatas en la familia.

El primer interesado en la venta es una sorpresa: Brosard entra en escena como nuevo candidato para adquirir dichas acciones. Esto genera un efecto dominó en varios personajes. Mientras Gema lleva al pequeño Teo al dispensario debido a una fiebre, nota que el niño se muestra emocionalmente distante con ella. A diferencia de lo que esperaba, Teo conecta casi de inmediato con Luz, quien logra calmarlo con una facilidad que hiere profundamente a Gema.

Por otra parte, don Pedro comienza a sospechar que Damián está ganando demasiada influencia sobre Digna, su esposa. Esto se vuelve más evidente cuando ella cuestiona abiertamente su propuesta de vender las acciones de Julia a sus nietos. Pedro, molesto, se desahoga con Irene, pero ella le devuelve el golpe: lo acusa de estar motivado por su ego y su ambición, más que por el bienestar familiar.

En otro frente, Luis recibe buenas noticias: su propuesta para colaborar con las Galerías Miranda ha sido aceptada, lo que impulsa un nuevo entusiasmo en Marta y Tasio, quienes comienzan a trabajar juntos en el proyecto con renovado ímpetu. Entretanto, Damián plantea una solución: propone a Andrés que ambos compren las acciones. Según él, ha llegado el momento de hacer un sacrificio familiar por el bien de la empresa.

En secreto, María y Raúl continúan con su relación, sin sospechar que Manuela los está observando. Gema, frustrada por su falta de conexión con Teo, pierde la paciencia con él. Para su sorpresa, Fina se convierte en un inesperado apoyo emocional. En medio de todo esto, Tasio experimenta una conexión más profunda con su familia gracias a un nuevo perfume que parece simbolizar ese lazo.

Carmen, por su parte, debe lidiar con la baja de Francisca y se apresura a encontrar una sustituta. Begoña, mientras tanto, intenta ayudar a Julia y Teo a acercarse, buscando que el niño se adapte más rápido. Pero el conflicto no tarda en escalar: María lanza una amenaza contundente. Solo accederá a vender las acciones si Begoña se va de la casa. Damián y Marta creen que Andrés debería aceptar el trato, pero él se niega rotundamente a dejar de lado a Begoña.

En paralelo, Digna comienza a cuestionar su decisión de separar a Teo de su entorno después de escuchar una conversación preocupante entre el niño y su tío. Mientras tanto, Manuela detecta el creciente interés de Claudia por Raúl y la enfrenta. Claudia no tarda en confesarle a Carmen que está enamorada. Sin embargo, las cosas se complican cuando ambas sufren un robo durante una venta, poniendo en peligro el acuerdo con Galerías Miranda.

La situación se torna más tensa con el regreso de Pelayo, justo cuando Marta se entera de que su madre, doña Clara, ha sufrido un accidente. María, entusiasmada con cerrar trato con Pedro, se topa inesperadamente con Begoña. Esta conversación resulta ser un punto de inflexión. Pronto, Carmen informa a Tasio que la furgoneta con la mercancía fue robada. Desesperado, Tasio recurre a Raúl, quien deja plantada a María para ayudarlo. Ella no disimula sus celos.

Digna le pide a Pedro que retire su oferta por las acciones, pero él finge haberlo hecho por voluntad propia, ganándose así puntos con ella. Doña Clara, al percibir fricciones en el matrimonio de su hija, decide quedarse en casa con un objetivo claro: tratar de sacar a Fina del camino. Mientras tanto, Gema sufre al ver que Teo todavía no se abre a ella, aunque nota que empieza a encariñarse con Luz y Digna.

En respuesta al robo, Marta decide denunciarlo formalmente, y Tasio comienza a investigar por su cuenta. Carmen teme que todo esto pueda afectar negativamente las ventas. Manuela propone donar las pertenencias de Jesús, idea que Damián acepta y encarga a Begoña. Esta tarea despierta emociones fuertes en Julia.

La tensión entre María y Raúl sigue creciendo. Él comienza a mostrarse cada vez menos dispuesto a seguir el juego de manipulación de María. Andrés, animado por Damián, intenta negociar con María, pero fracasa. Finalmente, Marta y Tasio revelan a Pedro el robo, pero este los humilla y deja en entredicho su permanencia en la empresa.

Y es entonces cuando ocurre la gran revelación. Al revisar algunos papeles de Jesús, Andrés encuentra un pago misterioso hecho a Gorriz poco antes de su muerte. Este dato cambia todo. Andrés, junto a Begoña, comparte el hallazgo con Damián, quien empieza a sospechar lo impensable: Jesús no se suicidó. A medida que la verdad se revela, María intenta averiguar más a través de Manuela, mientras Pedro empieza a mover hilos para ocultar su posible implicación con Gorriz.

Irene advierte que si Andrés continúa investigando, podría ponerlo todo en juego. Julia, por su parte, se muestra emocionalmente afectada por la idea de donar las pertenencias de su padre. En medio de este torbellino, Gema lleva a Teo a la fábrica sin opciones… pero el niño se escapa, generando caos y preocupación.

Pedro responsabiliza a Claudia por el robo de la furgoneta, lo que agrava aún más la situación. Marta, abrumada, busca consuelo en Fina. Tasio finalmente encuentra una pista clave, y la cara detrás del robo resulta ser más familiar de lo que pensaba. A partir de este momento, la investigación toma un rumbo completamente nuevo.

La semana cierra con una gran certeza: Andrés ha descubierto algo que puede destapar una verdad oscura. Damián ya no tiene dudas: Jesús fue empujado al límite, y alguien quiso silenciarlo para siempre.