Joaquín Climent sacude La Promesa: ¿adiós definitivo a Rómulo o el inicio de una nueva etapa?
En La Promesa, todo puede cambiar en cuestión de segundos, y esta semana lo ha demostrado con creces. El personaje de Rómulo Baeza, interpretado por el veterano actor Joaquín Climent, se encuentra en el centro de una tormenta emocional, narrativa y simbólica que ha impactado a los millones de seguidores de la serie de Televisión Española. Considerado uno de los pilares más sólidos de la ficción desde su inicio, Rómulo se enfrenta ahora a lo que podría ser su punto final… o el principio de un nuevo capítulo que nadie vio venir.
Desde sus primeras apariciones, Rómulo se ha ganado el respeto de todos en La Promesa: tanto dentro del palacio como fuera de él, entre el público. Su fidelidad, rectitud y discreta humanidad lo han convertido en un personaje esencial para la trama. Por eso, el anuncio de su inminente marcha ha estremecido a los fans, que no estaban preparados para una despedida tan importante.
El caos se desata tras la fiesta: secretos, sospechas y decisiones inesperadas
Todo comienza con una fiesta que debía ser un momento de celebración y convivencia, pero que terminó por convertirse en el detonante de una serie de tensiones acumuladas. Ángela y Lorenzo protagonizan un reencuentro explosivo, cargado de reproches y silencios, mientras en paralelo se produce la aparición de una misteriosa joven que conoció a Manuel durante el evento. Su presencia, lejos de pasar desapercibida, siembra el desconcierto.
Toño, al descubrir las verdaderas intenciones de la recién llegada, no puede ocultar su sorpresa, mientras Manuel reacciona de forma diametralmente opuesta, permitiendo que se abra un nuevo foco de conflicto. Lo que parecía una historia ya encaminada da un giro inesperado que amenaza con romper equilibrios delicados.
Rómulo, entre la despedida y el deber: un encargo que lo cambia todo
En este clima de incertidumbre, el foco recae de lleno sobre Rómulo. El mayordomo había decidido abandonar La Promesa, dando por concluido su servicio tras años de entrega. Una decisión que no solo marcaba el cierre de una etapa en su vida, sino también una pérdida profunda para la estructura emocional del palacio y para la audiencia que ha seguido fielmente su evolución.
Sin embargo, cuando todo parecía encaminado a una despedida definitiva, el marqués Alonso toma una decisión que lo cambia todo. Consciente de lo que está en juego, le hace a Rómulo una última solicitud, un encargo excepcional que detiene su marcha de forma súbita. La naturaleza de esta petición no ha sido revelada por completo, pero su peso es suficiente como para que el mayordomo, fiel a su código de honor, no pueda negarse.
Este giro en la trama ha provocado un torrente de emociones entre los espectadores. ¿Estamos ante una despedida pospuesta? ¿O es el comienzo de un nuevo papel para Rómulo, tal vez aún más crucial dentro del juego de poder que se avecina en La Promesa?
La incertidumbre se apodera de los fans: ¿qué pasará con Joaquín Climent?
En redes sociales, el tema ha explotado. Las teorías se multiplican: algunos creen que Joaquín Climent seguirá en la serie con un nuevo enfoque narrativo, mientras otros apuntan a una salida inminente, pero en diferido, con un cierre dramático a la altura del personaje. La única certeza es que nada volverá a ser igual después de este punto de inflexión.
Y es que la figura de Rómulo no puede desligarse del alma de la serie. Su papel como moderador en los conflictos, su lealtad hacia Alonso y su cercanía con el servicio lo convierten en una figura que une mundos que en muchas ocasiones están enfrentados.
Mientras tanto, nuevas batallas se libran en La Promesa
En paralelo a esta trama central, otras historias amenazan con estallar. Por ejemplo, Petra y María Fernández viven momentos de alta tensión. Petra ha descubierto un beso entre el cura y la doncella, y amenaza con contarle a todo el mundo el escándalo. Este nuevo frente de conflicto podría tener consecuencias nefastas tanto para Samuel como para María, que ya bastante tiene con resistir las humillaciones de Petra.
Mientras tanto, Lorenzo continúa ejerciendo presión sobre Ángela, que empieza a mostrar signos de agotamiento psicológico. La joven, atrapada entre las imposiciones familiares y su propia voluntad, empieza a planear medidas drásticas, alimentadas por una creciente necesidad de liberación.
¿Cristóbal Ballesteros, el sustituto de Rómulo? La propuesta inquietante de Leocadia
Por si todo esto fuera poco, Leocadia no pierde el tiempo. Ante la posibilidad de que Rómulo se marche, no duda en ofrecer a Alonso el nombre de un sustituto: Cristóbal Ballesteros, un personaje del que poco se sabe pero que ya despierta desconfianza. Su posible llegada abre la puerta a nuevos conflictos, ya que reemplazar a una figura tan consolidada como Rómulo no será tarea fácil ni bien recibida por todos.
Esta maniobra de Leocadia evidencia su deseo de reconfigurar el equilibrio de poder dentro del palacio, moviendo piezas estratégicas para fortalecer su control, incluso desde las sombras. La presencia de Cristóbal, de concretarse, podría alterar no solo la jerarquía del servicio, sino también las dinámicas políticas y personales del entorno de los Luján.
Una semana de emociones fuertes, giros y despedidas a medias
Los últimos acontecimientos en La Promesa han dejado al público sin aliento. Joaquín Climent, con su interpretación impecable, ha convertido a Rómulo en mucho más que un personaje secundario: es un símbolo de estabilidad, de decencia y de lealtad. Por eso, su posible salida provoca un auténtico terremoto emocional entre los fans, que ahora viven entre la esperanza y la resignación.
Aunque no está claro cuál será el desenlace para Rómulo, lo cierto es que el impacto de su trayectoria ya ha dejado huella. Sea como sea, su figura seguirá marcando el rumbo de la serie, al menos durante los próximos capítulos.
Una vez más, La Promesa demuestra que su éxito no solo radica en sus decorados de época o en sus tramas románticas, sino en la fuerza emocional de sus personajes y en la capacidad de sorprender y conmover a su audiencia. Y si hay alguien que ha encarnado esa esencia con elegancia, integridad y profundidad, ese ha sido, sin duda, Joaquín Climent.