Un giro inesperado sacude La Promesa: Manuel recibe una carta sorprendente, mientras los conflictos personales, secretos y tensiones familiares alcanzan su punto más álgido
En los pasillos silenciosos de La Promesa, una noticia inesperada altera por completo el ánimo de Manuel. Ricardo, con semblante serio, le entrega una carta con carácter urgente. No es una misiva cualquiera: quien la hizo llegar insistió en que fuese entregada personalmente, lo que ya da pistas de su importancia. Manuel, intrigado, abre el sobre delante de Toño, su ayudante en el taller. La expresión de asombro en su rostro lo dice todo: “Es increíble”, alcanza a pronunciar, sin dar más detalles. Toño intenta averiguar más, pero Manuel guarda silencio. ¿Qué contiene esa carta? ¿Quién la envía? Y sobre todo, ¿qué consecuencias tendrá para él y los que le rodean?
Mientras esta intriga toma forma, otra tensión se desarrolla con intensidad. Leocadia, siempre vigilante, ha presenciado una escena que la ha indignado profundamente: un gesto de cercanía entre Curro y Ángela. Este pequeño instante de complicidad, lejos de pasar desapercibido, se convierte en la excusa perfecta para que Leocadia actúe. Rápidamente exige a Alonso que intervenga y ponga orden. Para ella, ese acercamiento es intolerable, y hace lo necesario para que su voluntad se cumpla.
Alonso, como tantas veces antes, se pliega a los deseos de Leocadia. Con tono severo, se enfrenta a su hijo y le exige que se aleje de Ángela. Pero esta vez, Curro ya no está dispuesto a seguir ciegamente las órdenes injustas de su padre. Herido en lo más profundo, pero con una determinación renovada, se planta y responde con firmeza. No acepta las imposiciones ni la rigidez de Alonso, y mucho menos la manipulación de Leocadia.
La tensión sigue creciendo cuando Curro también se enfrenta a Leocadia y a Lisandro. Ambos continúan ejerciendo su poder de forma dictatorial, creyéndose con el derecho de controlar la vida de los demás. Pero Curro, cansado de obedecer sin ser escuchado, decide dar un paso al frente. En un gesto de rebeldía, se niega a someterse y deja claro que no tolerará más abusos. Este enfrentamiento marca un punto de inflexión para el joven, que parece haber encontrado su voz.
Mientras todo esto ocurre, Samuel sigue centrado en la misteriosa desaparición de Petra. Está convencido de que ella no fue quien lo delató ante el obispado, como muchos piensan. Sin embargo, su negativa a explicar el contenido real de la carta que lo condenó hace que el resto del servicio comience a desconfiar. ¿Está siendo ingenuo o Petra realmente le tendió una trampa?
María Fernández, con su habitual perspicacia, no se queda tranquila ante las evasivas del sacerdote. Decide presionarlo hasta que Samuel, acorralado, le confiesa un secreto impactante. La doncella queda atónita. Lo que Samuel le revela cambia por completo su perspectiva sobre lo ocurrido y sobre quién está detrás de la excomunión. Una nueva pieza del rompecabezas ha sido revelada y todo apunta a que alguien en La Promesa ha estado jugando a dos bandas.
Por otro lado, Ricardo sigue con su cruzada personal para descubrir quién está detrás de la misteriosa pulsera de esmeraldas. Las explicaciones de Pía no le convencen, y aunque ella intenta proteger a los suyos, sus palabras solo siembran más dudas. Ricardo cree que hay alguien dentro del servicio que está siendo encubierto y no parará hasta descubrir la verdad. Su obsesión por este asunto lo lleva a husmear aún más, buscando pruebas concretas.
En medio de este ambiente tenso y vigilado, Petra reaparece sigilosamente. Movida por su interés en recuperar la valiosa joya que Lope y Curro compraron en la joyería Llop, se cuela en el despacho de Ricardo. Una vez allí, encuentra el estuche con la pulsera, pero también hace un hallazgo aterrador: un pequeño frasco que, por su aspecto, parece contener cianuro. Todo indica que es el mismo veneno que se usó en el pasado para atentar contra Jana. El hallazgo reabre una línea de investigación peligrosa y levanta nuevas sospechas. ¿Quién guarda un frasco con cianuro en su despacho? ¿Es una prueba o una amenaza latente?
En otro frente, Manuel hace una revelación dolorosa a Simona. Tras recibir información clara y confirmada, le confiesa que su hijo Toño y Norberta no están legalmente casados. Esta verdad, inesperada y cruel, hiere profundamente a la cocinera. Simona, dolida por el engaño y la humillación, busca consuelo en Candela, a quien le cuenta todo. La traición de Toño se convierte en una herida abierta que afecta no solo su vida familiar, sino también su dignidad personal.
Mientras tanto, Lisandro sigue manteniendo en secreto cómo piensa compensar a Adriano por haberle salvado la vida. Su silencio resulta aún más molesto para el propio Adriano, que se siente incómodo con el cambio repentino de actitud del duque. A pesar de las preguntas, Lisandro guarda silencio, generando aún más misterio en torno a sus verdaderas intenciones.
Por último, Rómulo y Emilia, que han mantenido hasta ahora una relación discreta y profesional, deciden abrir su corazón. En una conversación sincera con Pía y Ricardo, confiesan que lo que comenzó como una amistad se ha transformado en algo más profundo. Su vínculo sentimental ha crecido con el tiempo, y ahora se plantean incluso quedarse en La Promesa para vivir juntos esta nueva etapa de su vida. Esta revelación, en medio de tanto conflicto y oscuridad, aporta una nota de esperanza, aunque también los expone a posibles críticas y dificultades.
La Promesa vuelve a demostrarnos que, tras sus muros, no hay descanso ni para el corazón ni para la mente. Las cartas, los secretos, los venenos escondidos y las pasiones contenidas tejen una red cada vez más compleja. Y en el centro de todo, los personajes luchan por encontrar su verdad, su justicia y su lugar en un mundo que nunca deja de cambiar.