En el episodio 84 de Una nueva vida, las emociones están al límite y los lazos entre amor, manipulación y verdad se tensan hasta romperse. Ferit, incapaz de contener por más tiempo sus verdaderos sentimientos, decide dejar atrás su compromiso con Diyar y apuesta todo por Seyran. El anillo de compromiso cae al suelo como símbolo del pasado, y un apasionado beso entre Ferit y Seyran parece sellar un nuevo comienzo. Pero, como tantas veces en sus vidas, el destino tiene otros planes…

Diyar, dolida y decidida a no perder a Ferit, ejecuta un plan extremo: contrata a un hombre para dispararle en la pierna y así fingir ser una víctima inocente. Con una herida no letal y un mensaje falso atribuido a Sinan, hace que Ferit crea que su vida corre peligro. El efecto es inmediato: Ferit, movido por la culpa y la compasión, decide llevarla a la mansión Korhan, para que esté a salvo. Pero su decisión siembra dudas, sobre todo en Seyran.

Seyran, al ver a Diyar en la entrada de la mansión, acompañada de Ferit, sospecha que algo no encaja. Poco a poco, las incongruencias en el relato de Diyar salen a la luz: desde la caligrafía en el mensaje hasta detalles sobre el atacante. Aunque Ferit quiere creer en la inocencia de Diyar, las dudas de Seyran empiezan a hacer mella también en él.

En paralelo, la mansión se convierte en un tablero de ajedrez emocional. Betül intenta esconder la verdadera paternidad de su bebé manipulando pruebas con la ayuda de Tayfun, mientras que Ayla es arrastrada al centro del conflicto tras ser llevada a la mansión por Ferit y Abidin. La tensión aumenta cuando Ayla afirma que Sinan no es capaz de dañar a nadie, contradiciendo completamente la versión de Diyar.

Mientras tanto, Diyar no pierde el tiempo. A pesar de estar en convalecencia, sigue usando su “fragilidad” para manipular a Ferit. Lo llama constantemente a su habitación, le pide ayuda con cosas triviales, y busca mantenerse cerca. Esta situación irrita cada vez más a Seyran, quien exige a Ferit que marque límites claros. Ella no está dispuesta a compartir ni su corazón ni su vida con una sombra del pasado que manipula emociones ajenas.

Seyran no se queda de brazos cruzados. Con inteligencia, comienza a investigar. Habla con Ayla, revisa detalles, recuerda fragmentos, conecta pistas… Hasta que todo encaja: el plan de Diyar no solo fue premeditado, sino cuidadosamente ejecutado para retener a Ferit a su lado por medio de la lástima y la culpa. En una conversación cargada de tensión, confronta a Ferit con esta realidad. Pero él, cegado por los remordimientos y el deseo de hacer lo correcto, sigue sin ver con claridad.

La tensión llega a su punto máximo cuando Hattuç organiza una cena familiar y le pide a Seyran que invite a Diyar. En un acto cargado de diplomacia y firmeza, Seyran acude a su habitación y, con una sonrisa cortés, la invita. Diyar intenta manipular la situación otra vez pidiendo ayuda para vestirse, pero Seyran toma el control y la asiste personalmente, lanzándole preguntas sutiles mientras oculta sus verdaderas intenciones. La batalla de inteligencia entre ambas mujeres se intensifica.

Durante la cena, el ambiente es denso. La familia habla de negocios, de crisis, del ataque a Diyar… y todos empiezan a preguntarse: ¿por qué Sinan haría algo así? ¿Y si no fue él? En ese momento, Ferit anuncia que él y Abidin han puesto en marcha un plan para atrapar a Sinan. La tensión disminuye, pero solo un poco. La incertidumbre reina.

Mientras tanto, Ayşen, incapaz de guardar más secretos, busca a Sinan y descubre que él niega haber disparado a Diyar. Las palabras de Sinan confunden aún más la ya complicada madeja de versiones. ¿Podría ser que todo fuese una trampa de Diyar? Todo parece apuntar en esa dirección.

Ferit intenta acercarse a Seyran, pero ella mantiene la distancia. La presencia constante de Diyar y las dudas no resueltas han erosionado la confianza. En un intento de desahogarse, Seyran acude a Halis Korhan, quien la escucha con atención. Aunque ella no confiesa todo, él intuye que hay algo más detrás de Diyar. Le aconseja seguir su instinto. Fortalecida, Seyran toma una decisión: no seguirá permitiendo que Diyar manipule su entorno.

Ferit, mientras tanto, pone en marcha el último paso de su plan. Junto a Abidin y acompañado por Seyran y Diyar, se dirige a enfrentar la verdad. Pero en la mansión, otro drama se cuece: Betül y Tayfun intentan adulterar el resultado del test de paternidad. El plan fracasa cuando Orhan los sorprende, lo que confirma sus sospechas sobre la mentira de Betül.

Fuera de la mansión, İfakat también ejecuta su estrategia para atrapar a Sinan. Engaña a Ayla haciéndola creer que está libre y que podrá reunirse con su hijo. Pero todo forma parte de un plan maestro: en cuanto Ayla llega al lugar del supuesto reencuentro, la policía aparece y arresta tanto a ella como a Sinan.

En ese instante, Seyran encara a Sinan y lo abofetea con rabia acumulada: “¿Por qué disparaste a Diyar?” Pero Sinan niega con firmeza, jurando que no fue él. El gesto siembra la duda definitiva. Finalmente, Diyar, comprendiendo que el juego ha terminado, le dice a Ferit que se va. Con tristeza y resignación, abandona la mansión.

Ferit y Seyran quedan solos. Ya sin secretos, sin interferencias, sin engaños. Frente a frente, con la posibilidad de comenzar de nuevo. Aunque los fantasmas del pasado aún acechan, la esperanza de un futuro juntos brilla con más fuerza. El amor, pese a todo, ha sobrevivido. Y ahora, por fin, es libre.