En el capítulo 44 de Una Nueva Vida, la tensión llega a un punto de ebullición entre Seyran y Ferit, especialmente tras el inesperado descubrimiento sobre Sultan, la mujer que ha sido un oscuro vínculo entre ellos. La historia, que ya es un fenómeno internacional emitido en más de 120 países, sigue elevando el nivel de emociones, traiciones y disputas familiares que mantienen en vilo a los espectadores.

El capítulo inicia con un enfrentamiento brutal entre Seyran y Ferit, desencadenado por la verdad que por fin ha salido a la luz: el pasado íntimo entre Ferit y Sultan. A pesar de los rumores que circulaban en la mansión Korhan, nadie estaba preparado para escuchar de boca de la propia Sultan que, efectivamente, había tenido una relación significativa con Ferit tanto antes como después del matrimonio de él con Seyran. Esta confesión provoca una tormenta de reproches y acusaciones.

Ferit, atrapado en su propio laberinto de errores, no encuentra otra opción que admitirlo. Explica que fue Ifakat quien reintrodujo a Sultan en sus vidas, como si eso justificara su implicación, pero Seyran, devastada por la traición, no está dispuesta a escuchar excusas. Sin mediar palabra, abandona el lugar y toma un taxi, intentando huir de la humillación y del dolor que siente al saber que el hombre que ama tiene un pasado que la persigue incluso después de casados.

Ferit, desesperado, logra detener el taxi y forzar una conversación en la que Seyran lo enfrenta con una de sus peores sospechas: ¿Es posible que el hijo que espera Sultan sea de él? Ferit, categórico, niega cualquier implicación reciente con Sultan, asegurando que desde que volvió a la vida de Seyran no ha tenido nada con ella. Pero las palabras ya no son suficientes. La confianza está rota y la duda se ha instalado en el corazón de Seyran.

En ese momento de máxima tensión, una llamada de Gülgün interrumpe la escena: la mansión Korhan es un caos y necesitan que ambos regresen de inmediato. Pero los problemas no terminan ahí. Paralelamente, Kazım presencia un beso entre Suna y Kaya, un gesto de amor que para él es un sacrilegio. Como si un volcán explotara en su interior, Kazım enfrenta a Suna y exige explicaciones, llevándola junto a su tía directamente a la habitación de Seyran para confrontarlas.

Allí, las hermanas mantienen una conversación dolorosa y sincera. Suna se desahoga, confesando que siempre se ha sentido relegada a la sombra de Seyran. Aunque sus palabras duelen, expresa que está dispuesta a pelear por su felicidad, incluso si eso significa romper con su familia. Este enfrentamiento marca un antes y un después en la relación de las hermanas, revelando años de resentimiento y competencia escondida bajo una capa de cariño.

Mientras tanto, en otro rincón de la historia, Taylan, el periodista que ha desenterrado los secretos más oscuros de Ferit, se cruza con él y Abidin. Ferit, harto de las medias verdades, exige saber quién fue el responsable de filtrar la información sobre Sultan. La respuesta de Taylan deja a todos atónitos: Ifakat fue quien le instó a investigar, provocando que el escándalo saliera a la luz. Este descubrimiento coloca a Ifakat en el ojo del huracán.

Pero Ifakat no se queda de brazos cruzados. Sintiendo que Nükhet es una amenaza, intenta manipular la situación para mantener su poder dentro de la familia Korhan. Sin embargo, Nükhet, astuta, le ofrece un trato: si logra contener el escándalo mediático, permitirá el compromiso entre Kaya y Suna. Ifakat queda atrapada, sin saber si ceder o continuar con su juego sucio.

El drama familiar alcanza otro nivel cuando Pelin, fiel a su estilo manipulador, entrega a Seyran unas fotos comprometedores de Ferit con otra mujer. La joven, ya frágil emocionalmente, se desmorona por completo al ver las imágenes que parecen confirmar sus peores temores. Piril intenta consolarla, pero el daño es irreparable. El mundo de Seyran se tambalea mientras la evidencia gráfica de la traición la consume.

No obstante, Ferit, decidido a acabar con la confusión y el caos, lleva a Taylan frente a su abuelo Halis, dispuesto a que la verdad salga finalmente a la luz. Exige que el periodista revele sin rodeos lo que sabe, señalando directamente a Ifakat y Nükhet. Todos contienen el aliento, conscientes de que las revelaciones podrían cambiar el destino de la familia para siempre.

La historia también da un giro romántico cuando Kaya, pese a todo, invita a Suna a salir, en un gesto simbólico que demuestra que sus sentimientos son sinceros y profundos. Aunque el ambiente es hostil y las críticas no cesan, especialmente de Ferit, que reprocha a Suna el daño causado a Abidin, la joven no cede y se mantiene firme en su decisión.

Finalmente, la relación entre Seyran y Suna queda más fracturada que nunca. Cuando Seyran intenta acercarse para limar asperezas, Suna, cargada de resentimiento, le responde con frialdad: “Permítanme respirar también”, dejando claro que ya no está dispuesta a vivir bajo la sombra de su hermana. El vínculo entre ambas parece resquebrajarse de forma definitiva.

La serie, que ha enamorado a audiencias en todo el mundo, sigue su curso con cada capítulo intensificando el drama, las traiciones y los secretos familiares. Cada elección, cada palabra y cada revelación alteran el equilibrio de los personajes, llevándolos a enfrentamientos donde el amor, la lealtad y la ambición chocan sin remedio.

Con cada episodio, Una Nueva Vida demuestra por qué se ha convertido en un éxito global: retrata con crudeza los conflictos humanos, la fragilidad de las relaciones y la eterna lucha por el poder y el amor en el seno de una familia marcada por el dolor y las apariencias. El futuro de Seyran, Ferit, Suna y el resto de los Korhan sigue siendo incierto, pero una cosa está clara: nada volverá a ser como antes.